TALLERES DE ADULTOS: RECORD EN LA UNQ

El programa para adultos mayores de la Universidad Nacional de Quilmes tiene un nuevo récord, porque al cierre de la inscripción del primer cuatrimestre son 810 los anotados en una oferta que incluye 69 cursos y tres sedes.
La oferta se dicta en la sede Bernal, el Centro Universitario Berazategui y la Escuela Secundaria Técnica de la UNQ.
Se financian de manera interna (con presupuesto de la UNQ para los contratos del personal y el funcionamiento del área) y externa a través de UPAMI y Supervielle.
"Lo que nos diferencia del resto de la oferta de UPAMI y Supervielle es que los cursos se brindan en una Universidad y son dictados por profesores, becarios y graduados universitarios. Además, todos los departamentos participan y se vinculan los cursos y las carreras" señaló Raúl Di Tomaso, secretario de Extensión Universitaria.
El trabajo con adultos mayores en la UNQ empezó en 1999 en la Licenciatura en terapia ocupacional y se consolidó con la creación del programa en 2015. "Aunque lleva dos décadas a partir de la creación institucional del programa y la búsqueda de financiamiento externo, explotó y creció mucho en actividades, diversidad y volumen" agregó Di Tomaso.
Algunos de los cursos que se dictan son: Manejo de celulares, Informática básica, Internet y redes sociales con "cursos que apuntan a la inserción social y familiar a través de la comunicación y las nuevas tecnologías" según aclaró Di Tomaso.
También hay un bloque de cursos de la memoria cuyo propósito no es solo el ejercicio cognitivo sino también a recuperar las historias de vida. Asimismo, hay un área vinculada al movimiento y la salud. Se suma un área de cultura, con cursos como fotografía, origami, radioteatro, tango, escritura, apreciación musical, cine, pintura, literatura. Además de un área de reflexión crítica sobre economía, historia, sexualidad. Y talleres de ciencia y tecnología.
"Los cursos mejoran la calidad de vida de los adultos mayores y los sacan del ámbito endogámico familiar" declaró María Cristina Chardon, coordinadora del área.
Además la UNQ les brinda carnet de la Biblioteca, ingreso a la sala pública de Internet y una credencial que les posibilita 20 por ciento de descuento en el menú y derecho al menú estudiantil en el salon comedor.
De esta manera acceden a una extensión de la ciudadanía universitaria, empoderamiento y formación de redes: "para ellos es muy importante venir en forma periódica, se visten, se arreglan, toman un café en el salón comedor junto a los jóvenes, arman redes" agrega Chardon. Según señala muchos grupos organizaron viajes, salidas y encuentros, además de cuidarse entre ellos frente a casos de enfermedad.
Del mismo modo, es importante la cuestión intergeneracional porque aporta conocimiento tanto a los participantes del programa como a los estudiantes que intervienen: "Como un ejemplo, los alumnos de Enfermería se han entusiasmado mucho con esta iniciativa ya que `pueden observar adultos mayores sanos y no patologizados", señaló Chardon. Y según cuenta, a partir de esto se armó una iniciativa para dictar desde la carrera un curso sobre enfermedades crónicas no transmisibles y la promoción de hábitos saludables.
Además de los cursos de formación mencionados se suman dos ejes: Compartiendo el patrimonio cultural: se organizan visitas a museos, teatros y actividades. Incluye el traslado (financiado por la Universidad) y beca a aquellos que no pueden abonar la  entradas. En este marco, una vez al año se organizan las jornadas intergeneracionales.
Eje Difusión: docentes, becarios e investigadores presentan informes y reflexiones teóricas sobre las prácticas realizadas.
La inscripción se abre al inicio de cada cuatrimestre y es gratuita para los adultos mayoers de 60 años.

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