El Club Mitre de Quilmes, de Mitre 1417, se viste de gala el próximo sábado a las 20.30 por la presentación del cantante, poeta y trovador Rafael Amor, quien alterna su vida entre la Argentina y España.
El autor de temas emblemáticos como Corazón libre -así se llama el espectáculo del sábado-, No me llames extranjero, Independencia, entre otros, seguramente contará con un público expectante por conocer y saber algo más de un artista de trascendencia internacional.
En la oportunidad estarán como invitados los quilmeños Florencia Suárez y Julio Lacarra, padre e hija acompañando al gran poeta Amor.
La entrada al show cuesta 150 pesos y hay un buffet económico y accesible.
Rafael viene de realizar una gira de tres meses por diversas ciudades de España, país que lo cobijó como una de sus hijos dilectos.
LA TRAYECTORIA
Rafael nació en Buenos Aires en noviembre de 1948. Hijo de Fransciso Amor, quien fuera gran cantor de la orquesta de Francisco Canaro. Su madre, María Toraño, fue una de las más cotizadas artesanas del bordado en América.
Se radicó en España en 1973 y en ese país desarrolló la mayor parte de su carrera.
En aquellos tiempos grabó No me llames extranjero, con una enorme repercusión y esa canción se transformó en un auténtico himno de libertad.
Rafael la cantó en la RTVE y se convirtió el tema en una manifestación magnífica de la democracia en ciernes, en un país que sufrió tres décadas y media de la dictadura del caudillo Francisco Franco.
Su canción molestaba y en 1976 tuvo que quedarse definitivamente en el país ibérico porque en Argentina reinaba una dictadura feroz.
Con el retorno de la democracia en el país en 1983, pudo alternar las presentaciones en España y América.
Compartió en los 80 escenarios con su gran amigo Alberto Cortez, presentándose en el teatro Teresa Carreño de Caracas, el Teatro Colón y la Universidad de Bogotá, en la Univalle de Cali, en el teatro de la Universidad de Medellín, en Manizales en el teatro Fundadores.
En Perú, cantó en la plaza de toros de Acho en Lima, junto a Silvio Rodríguez y el citado Cortez, en el teatro San Martín de la misma ciudad y en el pueblo joven Villa El Salvador.
En Puerto Rico, en el festival de la voz y la canción en el 84 con Alberto Cortez en el teaqtro Nacional.
Cuando cumplió 25 años ininterrumpidos de trabajo serio y coherente en España, el público de Madrid ofrendó su reconocimiento a Rafael Amor, con el cariño del pueblo español a un artista señero.
En su biografía una expresión sintetiza el sentimiento que genera este poeta y cantor: "·Si hay una resurrección en los oídos de la juglaría, que nunca se fue, que sigue al pie del cañón, no se puede dejar de nombrar a Rafael Amor".
Y Rafael Amor estará cantando y contando su historia en el Mitre de Quilmes, club que está festejando sus 85 años de vida.
INDEPENDENCIA
Uno de los discos emblemáticos de Rafael Amor se titula Independencia -editado en 2010-, con estos temas: Independencia, que le da rótulo al disco; La silenciosa; Tomar mate solo; Pasito a pasito; Tangoteando; Mucho bicho; Mate cocido; Hay quién; Sigiloso y ágil; La papa y el maíz; Retrato de Rafi; Flaco rocín; La veleta y Filósofo de pieza de pensión.
Al explicar la motivación, Rafael Amor reflexiona: "Fue hace doscientos años que el ansia de libertad cuajó en las almas de nuestros antepasados. Cuando con las invasiones inglesas el pueblo probó sus fuerzas, salió a las calles, se organizó en milicias, pelearon negros y gauchos. Querandíes con Cangapol a la cabeza y vencieron al invasor, allí despuntó el sueño de la independencia, de querer ser los dueños y artífices de su destino. No fue de repente ni mucho menos pacífica la revolución de mayo. Hubo una urdimbre de trabucos y sables, de lanzas y facones, por lo que el triunfo no se debió a la bondad de los colonialistas, que en un "bello gesto", nos regalaron la libertad dando un paso al costado.
Bajo la inspiración de Belgrano, Moreno, Castelli y otros, el pueblo esperaba una señal para hacer tronar el escarmiento. French y Berutti no repartían solamente escarapelas en la plaza.
"Ni amo viejo ni amo nuevo" dijo "el padre de la patria", el Manuel que puso el sol del Incario en nuestra enseña en memoria de los pueblos originarios y así empezó la larga lucha.
La contrarrevolución, atendiendo a intereses hispanos, a veces, e ingleses otras, minaban las fuerzas de nuestros patriotas que dieron sus vidas en el empeño.
En la dura guerra de liberación murieron gauchos, negros y naturales mientras en los salones, lejos del fragor de las batallas, se conspiraba de levita y galera contra la decisión irrevocable de ser un país soberano y libre.
Hay apellidos que aun hoy siguen en la misma línea. No es tan simple la cosa. En la porfía, hubo momentos de gloria en los que con San Martín a la cabeza (el otro Padre) marchó nuestra revolución victoriosa por los "descaminos" de América mientras otros iban a ofrecerse como súbditos de la corona británica.
Desde entonces estamos en esta lucha contra los imperialismos y los traidores, pero cuando el pueblo los ve llevarse todo, entregarlo todo, traficar con nuestra sangre y nuestros sueños, decidir nuestros pasos, cercar nuestras tierras con habitantes dentro, alambrar lagos, robarnos el agua mientras nuestros niños beben la contaminada, el desprecio hacia los que no tienen nada, el palo para quien se queje y siempre, siempre la mentira... vuelven a sentir en sus entrañas el rugido de la sangre que pide sin demoras ni postergaciones: una nueva "independencia".
El autor de temas emblemáticos como Corazón libre -así se llama el espectáculo del sábado-, No me llames extranjero, Independencia, entre otros, seguramente contará con un público expectante por conocer y saber algo más de un artista de trascendencia internacional.
En la oportunidad estarán como invitados los quilmeños Florencia Suárez y Julio Lacarra, padre e hija acompañando al gran poeta Amor.
La entrada al show cuesta 150 pesos y hay un buffet económico y accesible.
Rafael viene de realizar una gira de tres meses por diversas ciudades de España, país que lo cobijó como una de sus hijos dilectos.
LA TRAYECTORIA
Rafael nació en Buenos Aires en noviembre de 1948. Hijo de Fransciso Amor, quien fuera gran cantor de la orquesta de Francisco Canaro. Su madre, María Toraño, fue una de las más cotizadas artesanas del bordado en América.
Se radicó en España en 1973 y en ese país desarrolló la mayor parte de su carrera.
En aquellos tiempos grabó No me llames extranjero, con una enorme repercusión y esa canción se transformó en un auténtico himno de libertad.
Rafael la cantó en la RTVE y se convirtió el tema en una manifestación magnífica de la democracia en ciernes, en un país que sufrió tres décadas y media de la dictadura del caudillo Francisco Franco.
Su canción molestaba y en 1976 tuvo que quedarse definitivamente en el país ibérico porque en Argentina reinaba una dictadura feroz.
Con el retorno de la democracia en el país en 1983, pudo alternar las presentaciones en España y América.
Compartió en los 80 escenarios con su gran amigo Alberto Cortez, presentándose en el teatro Teresa Carreño de Caracas, el Teatro Colón y la Universidad de Bogotá, en la Univalle de Cali, en el teatro de la Universidad de Medellín, en Manizales en el teatro Fundadores.
En Perú, cantó en la plaza de toros de Acho en Lima, junto a Silvio Rodríguez y el citado Cortez, en el teatro San Martín de la misma ciudad y en el pueblo joven Villa El Salvador.
En Puerto Rico, en el festival de la voz y la canción en el 84 con Alberto Cortez en el teaqtro Nacional.
Cuando cumplió 25 años ininterrumpidos de trabajo serio y coherente en España, el público de Madrid ofrendó su reconocimiento a Rafael Amor, con el cariño del pueblo español a un artista señero.
En su biografía una expresión sintetiza el sentimiento que genera este poeta y cantor: "·Si hay una resurrección en los oídos de la juglaría, que nunca se fue, que sigue al pie del cañón, no se puede dejar de nombrar a Rafael Amor".
Y Rafael Amor estará cantando y contando su historia en el Mitre de Quilmes, club que está festejando sus 85 años de vida.
INDEPENDENCIA
Uno de los discos emblemáticos de Rafael Amor se titula Independencia -editado en 2010-, con estos temas: Independencia, que le da rótulo al disco; La silenciosa; Tomar mate solo; Pasito a pasito; Tangoteando; Mucho bicho; Mate cocido; Hay quién; Sigiloso y ágil; La papa y el maíz; Retrato de Rafi; Flaco rocín; La veleta y Filósofo de pieza de pensión.
Al explicar la motivación, Rafael Amor reflexiona: "Fue hace doscientos años que el ansia de libertad cuajó en las almas de nuestros antepasados. Cuando con las invasiones inglesas el pueblo probó sus fuerzas, salió a las calles, se organizó en milicias, pelearon negros y gauchos. Querandíes con Cangapol a la cabeza y vencieron al invasor, allí despuntó el sueño de la independencia, de querer ser los dueños y artífices de su destino. No fue de repente ni mucho menos pacífica la revolución de mayo. Hubo una urdimbre de trabucos y sables, de lanzas y facones, por lo que el triunfo no se debió a la bondad de los colonialistas, que en un "bello gesto", nos regalaron la libertad dando un paso al costado.
Bajo la inspiración de Belgrano, Moreno, Castelli y otros, el pueblo esperaba una señal para hacer tronar el escarmiento. French y Berutti no repartían solamente escarapelas en la plaza.
"Ni amo viejo ni amo nuevo" dijo "el padre de la patria", el Manuel que puso el sol del Incario en nuestra enseña en memoria de los pueblos originarios y así empezó la larga lucha.
La contrarrevolución, atendiendo a intereses hispanos, a veces, e ingleses otras, minaban las fuerzas de nuestros patriotas que dieron sus vidas en el empeño.
En la dura guerra de liberación murieron gauchos, negros y naturales mientras en los salones, lejos del fragor de las batallas, se conspiraba de levita y galera contra la decisión irrevocable de ser un país soberano y libre.
Hay apellidos que aun hoy siguen en la misma línea. No es tan simple la cosa. En la porfía, hubo momentos de gloria en los que con San Martín a la cabeza (el otro Padre) marchó nuestra revolución victoriosa por los "descaminos" de América mientras otros iban a ofrecerse como súbditos de la corona británica.
Desde entonces estamos en esta lucha contra los imperialismos y los traidores, pero cuando el pueblo los ve llevarse todo, entregarlo todo, traficar con nuestra sangre y nuestros sueños, decidir nuestros pasos, cercar nuestras tierras con habitantes dentro, alambrar lagos, robarnos el agua mientras nuestros niños beben la contaminada, el desprecio hacia los que no tienen nada, el palo para quien se queje y siempre, siempre la mentira... vuelven a sentir en sus entrañas el rugido de la sangre que pide sin demoras ni postergaciones: una nueva "independencia".
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