Quiilmes no tiene otra en la primera B Nacional que ganar, si el objetivo es soñar con la permanencia.
La victoria de Morón 1 a 0 sobre Olimpo dejó al Gallo cinco puntos arriba del Cervecero, cuando Quilmes tiene solo 9 puntos en disputa.
Por más que la victoria de Morón merezca objeciones -lo marcan los medios como Clarín, Olé y Mundo Ascenso, porque el gol del local fue con una mano previa de Lavezzi y sobre el final hubo un gol mal anulado a Olimpo, por una presunta posición adelantada que no existió- la realidad, que es la única verdad, indica que el partido del lunes con Nueva Chicago es la gran bisagra, ya que no sirve siquiera el empate. Y el rival, que reservó futbolistas en la Copa Argentina, que perdió con Central Córdoba de Santiago del Estero, tiene como objetivo el ascenso directo.
En estas condiciones la noche del lunes 8 de abril será una de tantas de los últimos tiempos donde el fantasma del descenso acechará el Estadio Centenario. Claro está, si se produce serán dos descensos nada menos que en el curso de un año.
El árbitro es el bahiense Bruno Bocca y esperamos que al final el encuentro no tenga que hablarse de él como si lo hizo con Luis Lobo Medina, quien arbitró ayer en Morón.
Será una noche dramática, como parece habitual si de Quilmes se trata, y se espera una gran concurrencia para alentar al equipo de Leonardo Lemos, que jugarán por tres puntos vitales, que se necesitan como agua en el desierto.
La victoria de Morón 1 a 0 sobre Olimpo dejó al Gallo cinco puntos arriba del Cervecero, cuando Quilmes tiene solo 9 puntos en disputa.
Por más que la victoria de Morón merezca objeciones -lo marcan los medios como Clarín, Olé y Mundo Ascenso, porque el gol del local fue con una mano previa de Lavezzi y sobre el final hubo un gol mal anulado a Olimpo, por una presunta posición adelantada que no existió- la realidad, que es la única verdad, indica que el partido del lunes con Nueva Chicago es la gran bisagra, ya que no sirve siquiera el empate. Y el rival, que reservó futbolistas en la Copa Argentina, que perdió con Central Córdoba de Santiago del Estero, tiene como objetivo el ascenso directo.
En estas condiciones la noche del lunes 8 de abril será una de tantas de los últimos tiempos donde el fantasma del descenso acechará el Estadio Centenario. Claro está, si se produce serán dos descensos nada menos que en el curso de un año.
El árbitro es el bahiense Bruno Bocca y esperamos que al final el encuentro no tenga que hablarse de él como si lo hizo con Luis Lobo Medina, quien arbitró ayer en Morón.
Será una noche dramática, como parece habitual si de Quilmes se trata, y se espera una gran concurrencia para alentar al equipo de Leonardo Lemos, que jugarán por tres puntos vitales, que se necesitan como agua en el desierto.
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