MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA: MENSAJE DEL OBISPADO


Con motivo del día de la memoria, verdad y justicia el 24 de marzo, el Departamento de Justicia y Paz de la diócesis de Quilmes dio a conocer este mensaje, con el lema de estar siempre junto a las víctimas.
"La ley de la nación 25633 establece en su artículo 1) Institúyase el 24 de marzo como día nacional de la memoria por la verdad y la justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha de 1976.
Cada 24 de marzo es un día de memoria necesaria para quienes hacemos una opción por la vigencia de los derechos humanos, para quienes hacemos de esta opción un cauce de nuestra vida pastoral como la diócesis de Quilmes. Opción que nos lleva a mirar preferencialmenet a las víctimas de la historia.
Haciendo memoria de las víctimas de aquella terrible dictadura que asoló la patria (especialmente de sus 30.000 desaparecidos) con su modelo económico de exclusión, seguimos pidiendo verdad y justicia. Hacer memoria aes un ejercicio de sabiduría para leer nuestro presente y alentar un futuro más humano.
Y la memoria nos ayuda a vincular la violencia de ayer y de hoy, con sus fines comunes, asegurar un sistema injusto que, sostenido por una multitud de pobres, solo sea disfrutado por cada vez menos privilegiados del tener y del poder. La violencia de ayer y de hoy genera desaparecidos, excluidos, pobres, víctimas...
Violencia es acumular lo que otros necesitan. Violencia es ostentar deseos de una riqueza infinita cuando crece la conciencia que los recursos de la tierra se terminan. Violencia es un tarifazo en los servicios esenciales para una vida digna (gas, luz, agua, etcétera). Violencia es mentir, ocultar la verdad o armar cauas.
Violencia es deteriorar la justicia (especialmente para los pobres privados de su libertad y hacinados esperando un juicio que nunca llega).
Violencia es el hambre. Violencia es generar imágenes comunicacionales donde se estigmatiza a los jóvenes pobres como la causa de la inseguridad.
Violencia es empujar a estos jóvenes sin trabajo ni estudio a la adicción y al abandono. Violencia es destruir fuentes de trabajo mientras se fugan capitales al exterior.
Volencia es salvar la ganancia de los bancos mientras se pueblan nuestras calles de familias a la intemperie de la indiferencia estatal. Violencia es enfrentar pobres contra pobres. Violencia es desinvertir en educación y salud pública. Violencia es estigmatizar al inmigrante. Violencia es descuidar a nuestros jubilados. Violencia es presentar a las organizaciones y a las políticas de derechos humanos como un curro y desinvertir los espacios y políticas de derechos humanos. Violencia es la lista interminable de mujeres asesinadas. Violencia es el otro nombre de la injusticia (con sus víctimas ys victimarios).
Hacer memoria es animarnos a desentrañar en la historia las huellas del Reino de Dios y denunciar todo intento de olvidar, de mentir y de no hacer justicia. Hacemos memoria no solo para dolernos de esta violencia sino también para conectarnos con la mística de este Reino de amor y de justicia, para seguir andando y luchando por un estado de cosas más parecidas a las que pensó Dios para la humanidad.
Mientras hacemos memoria de aquella noche infinita de la dictadura, seguimos trabajando en democracia por un mundo con más verdad y justicia. Como la que sueña Jesús. Como lo hace Jesús: siempre al lado de las víctimas.

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