El artista plástico Milo Lockett presenta mañana en el Museo Roverano de Quilmes una muestra especial, conocida como el club de la pintura, junto a otros artistas.
La historia de Milo Lockett vale la pena contarla, porque ha mostrado una especial devoción por Quilmes donde no es la primera vez que ofrece una muestra.
Milo es autodidacta y llegó a la pintura en un momento crucial de su vida, porque trabajaba en la industria textil y dejó todo por el arte.
En un reportaje recuerda que siempre le gustó el dibujo y lo mandaron a los talleres libres de la Escuela de Bellas Artes de Chaco. Milo es chaqueño, nacido en la capital, Resistencia.
Pese al gusto por el dibujo, dejó la actividad y se dedicó al deporte. De todas maneras seguía mostrando su habilidad para dibujar.
A los 21 años comenzó la nueva etapa de su vida, acrecentada por la crisis del 2001.
"Tenía una empresa textil y me fundí, como le ocurrió a muchos argentinos. Por eso retomé la pintura y sin querer, empecé la carrera" confesó.
Milo se ha destacado por su acción solidaria. Y en todos los lugares en los que se presenta despliega esta vocación por los demás.
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