En los tiempos de la Revista Folklore, cuando los artistas argentinos copaban con su música el país, y el festival de Cosquín, escuchaba las presentaciones de Julio Marbiz, Hernán Rapela sostenía su pensamiento sobre este arte tan argentino.
Hoy aparece una propuesta de desfile imaginario en su página de las redes sociales, comentando que hoy puede andar por la ciudad de Buenos Aires de manera muy distinta a muchos años atrás.
"Marchan a mi lado, taconeando a la par y estimulando mínimos episodios que ahora, al sopesarlos, adquieren una entidad emocional enorme, diferente".
Habla de desandar el viejo barrio, para recordar el cine, la escuela, el almacén o el terrenito de los partidos, barriletes y bicicletas "que ahora ocupa un enorme edificio".
Agrega que se detuvo frente a una casa "seguramente con tanta curiosidad y actitudes que inquietaron al policía de la cuadra.
"Invertí varios minutos verificándola, porque tiene un alto valor para mí, y estimo que debería considerársela patrimonio urbano, sitio relevante o cosa parecida, pues durante muchos años, franqueando la misma puerta de roble, que aun luce espléndida, trajinando luego la ancha escalera de mármol que obliga a trasponer otro cancel, también intacta, se llega a un hall que permitía -entonces- el acceso a tres o cuatro oficinas en las que míticos personajes de la época le daban sentido y trascendencia al lugar.
Y sigue hablando de esa casa de Paraguay 1583. "Esas paredes se llenaron de voces y sonidos que le otorgan a esa casa valor histórico cultural hasta hoy no declarado.
En ella operó la empresa CBS Columbia, que registraba los discos de una cantidad de artistas, que, de verdad lo digo, impulsaron mi reserva emocional con tanto entusiasmo que "los vi".
Estuve con Julio Sosa y Leo Dan que conversaban animosos junto a Waldo de los Ríos, El Chango Nieto y Jorge Cafrune aceptando las bromas constantes de Roberto Rimoldi Fraga, mientras Leonardo Favio, Sandro y Sergio Denis tarareaban canciones con Hernán Figueroa Reyes. Un poco más alejados Cacho Tirao, Billy Cafaro, Estela Raval y Los Cinco Latinos, intercambiaban ideas con Zamba Quipildor y Roberto Yanés.
No me animé a interrumpir el camino de Osvaldo Fresedo que bajaba muy entretenido con María Marta Serra Lima porque advertí la impaciencia del policía, al que con un gesto le indiqué me alejamiento, claro.
Mientras lo hacía recordé, no sin preocupación, el proverbio hindú: La vejez comienza cuando los recuerdos son más fuertes que la esperanza.
!Grande Hernán!
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