LA IGLESIA Y EL DIA DE TODOS LOS SANTOS


Al celebrarse hoy el día de todos los santos,  desde el obispado de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera y el obispo auxiliar Marcelo Julián (Maxi) Margni difundieron el siguiente mensaje: "Queridas hermanas y hermanos: celebramos con la Iglesia la solemnidad de todos los santos. En el misterio de la santidad, estamos invitados a reconocer el rostro de la humanidad de la que Dios se enamoró y por la cual lo entregó todo.
Seguidoras y seguidores de Jesús, no nos resignamos a la falsa comprensión de que la humanidad está perdida. Esa afirmación, que se difunde casi como un dogma, va calando hondo en el ánimo de nuestro pueblo, generando desánimo y desconfianzas. Es una comprensión que nada tiene que ver con el evangelio anunciado por Jesús, diametralmente opuesta a aquello que proclama nuestra fe.
En nuestro tiempo, de muchas maneras, toda una industria de las comunicaciones resalta día tras día, minuto a minuto, lo más bajo y terrible de la condición humana. A la larga, la imagen de la perversidad se vuelve un espectáculo y se termina creyendo que esa perversidad es la vocación, el destino y la condena de la humanidad. La desmoralización que genera el consumo de estas noticias debilita la autoestima de los pueblos, divide, segrega y no deja que se consolide una sana visión de la sociedad.
Creer en los santos es creer en una humanidad distinta. La fiesta de todos los santos nos invita, justamente, a mirar el otro rostro de la humanidad: el rostro humano, capaz de amor y de entrega, capaz de una generosidad sin medida, capaz de solidaridades que vencen barreras y ansias de justicia y paz que mueven la historia hacia un porvenir de esperanza.
Si,, el testimonio de todos los santos y santas -hombres y mujeres como nosotros, que se atrevieron a entrar en el camino propuesto, por Jesús en las bienaventuranzas (Mt 5 1-12)- nos descubre el otro rostro de la humanidad. Creer en ese testimonio es creer que otra humanidad es posible.
A comienzos de este año, el 19 de marzo, nuestro querido Papa Francisco nos regaló su Exhortación apostólico Gaudete et exsultate sobre el llamado a la santidad en el mundo actual. Es un hermoso documentos que les invitamos a leer y meditar en este tiempo.
Comienza con las palabras del propio Jesús: Alégrense y recocíjense (Mt 5,12).
A la luz de esas palabras, nos propone el papa Francisco descubrir el llamado, la vocación a la santidad, que Dios dirige a cada persona, a todo ser humano y nos anima a ver en los santos el aliento y la compañía para responder también a nosotros a ese llamado.
Con realismo evangélico, el Papa nos invita a reconocer a esos santos de la puerta de al lado, aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios (Gaudete et exsultate, 7), mujeres y hombres que, en lo cotidiano, viven la alegría de la fe, la belleza de una vida según el evangelio, el testimonio de un amor con obras y de verdad (1 Jn 3, 18).
Son precisamente eso santos de la puerta de al lado, los que nos muestran caminos de una santidad menos de estampita y más cotidiana, realista, actual. Es, en verdad, el camino de tantos santos y santas de todos los tiempos, que sin aguardar circunstancias extraordinarias o proponerse proezas sobrehumanas, respondieron a Dios con sencillez y generosidad allí donde Dios mismos los había llamado.....
Finalmente, permítannos compartir con ustedes, como obispos de Quilmes, nuestra alegría y gratitud por dos acontecimientos eclesiales que a todos nos tocan muy de cerca. Con el corazón exultante, celebramos el pasado 14 de octubre la canonización de un mártir de nuestro tiempo y de nuestra Patria grande: san Oscar Romero, o san Romero de América como fue llamado con justa razón desde hace años. Y del mismo modo nos alegra, nos conmueve y hasta nos emociona el reconocimiento por parte del Santo Padre del martirio de cuatro testigos de Cristo, en nuestra tierra: el padre obispo Enrique Angelelli, los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longueville, y el laico Wenceslao Pedernera.
Su beatificación, que celebraremos en La Rioja -la misma tierra en la que entregaron su vida- el próximo 27 de abril, será sin duda un momento de gracia para todo el pueblo de Dios que peregrina en Argentina.
Que el testimonio de todos estos hermanos nuestros -tan actual hoy como ayer, tan profético hoy como ayer, tan sencillamente evangélico hoy como ayer- nos siga alentando a todos en el camino.

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