Científicos y arquitectos del área de Hábitat de la Universidad Nacional de Quilmes están en el diseño y la construcción de un nuevo bioterio: se trata de 657 metros cuadrados para alojar aquellos animales utilizados para experimentación.
Se trata de una edificación que tiene que adquirir características particulares, que se adapten a los trabajos de investigación que realizan los científicos de la UNQ como para prestar servicios a terceros.
Los aportes provienen de los esfuerzos presupuestarios de la UNQ (algo más de 8 millones de pesos), la contribución del Sistema Nacional de Bioterios y del FIN-SET (Financiamiento de proyectos de fortalecimiento de las capacidades para la prestación de Servicios Tecnológicos), un instrumento cofinanciado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación y el Banco Interamericano de Desarrollo.
En virtud de que el actual bioterio no era funcional lo reemplazará otro que facilitará regular los ciclos de luz y oscuridad en forma más estricta; controlar la temperatura, la humedad y la presión atmosférica de manera que el aire donde están los animales siempre esté purificado, y contar con áreas restringidas (aptas para el desarrollo de estudios de bioseguridad, esto es, ensayos patógenos sin poner en peligro a la comunidad).
Jimena Prieto, investigadora de la UNQ, señaló que en el nuevo bioterio habrá pequeños mamíferos, llámense ratas, ratones y hamsteres. También funcionará el acuario -hoy en un espacio separado- donde se alojarán los peces cebra. También se prevé la inclusión de algas y otros organismos acuáticos como microcrustáceos.
Los roedores y peces son animales que funcionan como modelos de experimentación, mientras sus comportamientos representan y ayudan a proyectar, a nivel molecular, la eficacia de las pruebas preclínicas.
"La dinámica de modelos se modifica en forma continua, por el simple hecho de que las preguntas de los científicos se transforman de acuerdo a los contextos. Lo que es útil en un momento puede no serlo en el futuro" dijo Juan Chiesa, también investigador de la UNQ.
Prieto agregó que cuando se experimenta se intenta cumplir el principio de las 3R. Eso consiste en el fomento de los procesos de Reemplazo (métodos que ayuden a evitar o reemplazar el uso de animales), Reducción (métodos que ayuden a reducir el número) y Refinamiento (métodos que ayuden a mejorar los procedimientos). Desde ese punto de vista se reflexiona, entre otras cosas, sobre cómo será el cuidado.
Con el nuevo bioterio la UNQ podrá incrementar el personal capacitado y dedicado en exclusiva a exprimir el jugo de las instalaciones.
Chiesa y Prieto, que integran la comisión de bioterio de la Universidad, cuentan con un expertise suficiente para formar los recursos técnicos que estarán disponibles para las tareas.
"Uno de los principales objetivos del proyecto a mediano plazo es la generación de puestos calificados para la producción de animales.
Esto es una novedad, ya que la mayor parte de los laboratorios argentinos importan del extranjero los modelos que necesitan para avanzar en sus trabajos" dice Chiesa.
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