SE CELEBRO EL DIA DE LA VIDA CONSAGRADA


En homenaje a la Virgen María se celebró el día de la Vida Consagrada en la diócesis de Quilmes.
El obispo, monseñor Carlos José Tissera, compartió la merienda ya luego una misa con religiosos y religiosas de las congregaciones, y laicas consagradas en la Catedral de Quilmes.
El obispo señaló que "en este día de la Natividad de la Santísima Virgen María, nos hemos reunido para compartir nuestra vida, escucharnos entre nosotros y alimentarnos con el Pan de la palabra y el pan de la Eucaristía.
Encontrarnos entre nosotros es reconocernos como hermanos, llamados por Dios a ser sus hijos y llamados por El a su seguimiento para ser totalmente suyos.
Mirémosnos a nosotros, queridos hermanos y hermanas consagrados. Todo comenzó gracias al encuentro con el Señor. De un encuentro y de una llamada nació el camino de la consagración.
"La vida frenética de hoy lleva a cerrar muchas puertas al encuentro, a menudo por el miedo al otro -las puertas de los centros comerciales y las conexiones de red permanecen siempre abiertas-. Que no sea así en la vida consagrada: el hermano y la hermana que Dios me da son parte de mi historia. Son dones que hay que custodiar.
No vaya a suceder que miremos más la pantalla del teléfono que los ojos del hermano, o que nos fijemos más en nuestros programas que en el Señor. Porque cuando se ponen en el centro los proyectos, las técnicas y las estructuras, la vida consagrada deja de atraer y ya no comunica, no florece porque olvida lo que tiene sepultado...
La vida consagrada nace y renace del encuentro con Jesús, tal como es: pobre, casto y obediente. Se mueve por una doble vía: por un lado, la iniciativa amorosa de Dios, de la que todo comienza y a la que siempre debemos regresar, por otro lado, nuestra respuesta, que es de amor verdadero cuando se da sin peros ni excusas, y cuando imita a Jesús pobre, casto y obediente. Así, mientras la vida del mundo trata de acumular, la vida consagrada deja las riquezas que son pasajeras para abrazar a Aquel que permanece. La vida del mundo persigue los placeres y los deseos del yo, la vida consagrada libera el afecto de toda posesión para amar completamente a Dios y a los demás. La vida del mundo se empecina en hacer lo que quiere, la vida consagrada elige la obediencia humilde como la libertad más grande. Y mientras la vida del mundo deja pronto con las manos y el corazón vacíos, la vida según Jesús colma de paz hasta el final, como en el Evangelio, en el que los ancianos llegan felices al ocaso de la vida, con el Señor en sus manos y la alegría en el corazón (Papa Francisco, 2 de febrero de 2018).
Es hermoso encontrarnos en esta Catedral, a los pies de la Inmaculada en este día de la Vida Consagrada. En víspera de la 40 Peregrinación Diocesana a Luján, queremos renovar nuestra pertenencia al Pueblo de Dios que camina en Quilmes. María "toda de Dios y toda nuestra" nos acompaña en este camino que hacemos hasta el tercer Sínodo Diocesano de la Evangelización. La Vida Consagrada tiene en él un papel especial, como testigos del Reino. Es bueno el andar, tengamos presente lo que el Papa Francisco decía este año en el Congreso Internacional de la Vida Consagrada en el mes de mayo. Se refirió a las 3P que constituyen los tres pilares de la vida consagrada: la plegaria, la paciencia y la pobreza.

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