NICOLE Y LUIS, DE QUILMES A ALEMANIA


Nicole Nau, alemana de Dusseldorf; Luis Pereyra, santiagueño de nacimiento, quilmeño por adopción, conforman una hermosa pareja del baile y de la vida, con el tango y el folklore como estandartes.
Con esa premisa siguen transitando escenarios con todo su talento, en este caso acompañados por la pareja de baile integrada por Ivana Carrizo y Fernando Gimenez.
Con el espectáculo Se dice de mí están recorriendo Alemania y mostrando una propuesta que admira un público entusiasta que destaca la jerarquía de lo que se les presenta.
En ese sentido los medios periodísticos alemanes son el fiel reflejo de esta movida.
Una de esas notas es la Interview publicada en Stuttgart.
El título: Una alemana es estrella de tango en Argentina (Von Andrea KacherlrieB).
"En Argentina es artista reconocido y de peso e importancia de tango. La bailarina Nicole Nau está puesta en sellos postales de su país de elección. 
En este momento gira con su marido, Luis Pereyra, y el espectáculo Se dice de mí por sus viejos pagos, nos cuenta en una entrevista por qué Tango es solo para mujeres fuertes.
La bailarina de tango Nicole Nau mostrará este domingo (por mañana) su nuevo espectáculo Se dice de mí, apenas después de la premier mundial, en Stuttgarter Theaterhaus.
En un marco más bien íntimo este evento no solamente da impresión hacia la vida de Nicole Nau y su partenaire, la estrella de tango Luis Pereyra.

Señora Nau. Casi todas las noches actúa con su nuevo espectáculo. ¿No llega a tener dolores de pie después de tanto actuar?
-Sí, por supuesto, !y no solamente los pies!  Es un trabajo cansador, es forzoso, con la entrega de todo el físico, pero a la vez, una sensación hermosa cuando uno entra a relajarse después de la función, sentir en el propio cuerpo haber hecho algo y mucho.
Además, no bailo en taco alto, venimos de la escuela vieja del tango. Allí no está en primera vista la imagen erótica de la mujer sino la danza misma. De eso se trata.
Para eso necesito zapatos par aun baile óptimo de movimiento óptimo.

¿A qué se refiere con "escuela vieja"?

-Trabajamos con un tango que en 1983, con el espectáculo Tango Argentino logró conquistar al mundo entero.
En esa época, esa danza les pertenecía a los argentinos. Era de carácter fuerte, lleno de potencia, puro y no suavizado por influencias ajenas.
Versiones muy populares de esa danza, llevamos mi marido, Luis Pereyra, y yo a escena. Llevamos más danzas populares hacia todas las 24 provincias argentinas. Hay escenas en las cuales bailo descalza, como si fuera frente a un rancho en piso de tierra. 

En su país de elección, usted hizo una carrera enorme, estelar, hasta llegar a los sellos postales. ¿No tienen un problema los argentinos con ese hecho?
-Por supuesto, era un camino lleno de piedras. Los bailarines, quienes en los 80 querían escaparse de Argentina, salir, miraban con sonrisa a la alemana que se trasladaba en dirección inversa. No me tomaron en serio. 
En audiciones, después más bien estaban muy molestos que una alemana se meta en su metiere.
Cuando salió el sello postal, no insistí en ir a un programa importantísimo de televisión, al que me habían invitado (Mirtha Legrand) porque no iba a querer meter sal en la herida.
El público siempre me adoraba, hasta querer tocar el pelo, agradecidos de que haya una que no se quiera ir sino que se acercaba hacia su cultura y ser argentinos.

¿Cuál fue el motivo de dejar su profesión e irse a la Argentina?
-El deseo de bailar. De pequeña ya había descubierto la danza como camino para escapar de una niñez no muy feliz. Pero mi padre no me lo permitía.
Luego, haciendo la universidad, estudiando diseñadora gráfica, el baile nuevamente me salvó de la crisis.
Más tarde, cuando vi ese Tango Argentino de 1983, lo vi en 1987 y vi a mi futuro marido, Luis Pereyra, sabía que era eso lo que quería hacer. Aprender el verdadero Tango Argentino.
Me era claro que solamente se podía aprender en Argentina.

El "macho" soberbio lleva y la mujer se deja conquistar. ¿No es sexista todo eso?
-No, de ninguna manera. Es tremendo, que la mayoría de los espectáculos se van a ese cliché, arruinando esa expresión popular que es el Tango Argentino. Lo dibujan como una danza de burdel, esa única faceta.
Nosotros somos bailarines, buscamos entrega máxima. Nuestros ejemplos son artistas encantadores como Mikhail Baryshnikow. 
Nos presentamos como pareja en pie de igualdad, pareja que se complementa. Bailamos a la altura del otro. Ojo en ojo. 
Se dice de mí muestra al tango y otras danzas populares con sus facetas, caras diferentes y emociones todas, de las humanas que hay.
A través de la historia de mi marido, quien de futbolista de la provincia se desarrolló a bailarín, justamente buscamos y desnudamos lo que se encuentra y queda escondido atrás de cada cliché". 


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