AQUEL BROWN DE ADROGUE DE LOS 70


Quien esto escribe inició su pasión periodístico deportiva allá por los 70, e ingresó a un programa por la entonces Radio del Pueblo. El programa se llamaba Ecos celestes, y seguía la campaña de Temperley y de Brown de Adrogué.
El gran colega Eliseo Uris Carbonel cubría todo lo relativo a Temperley, mientras que el autor de esta nota se ocupaba de Brown de Adrogué.
En esos primeros años de los 70, el tricolor de Adrogué militaba en la Primera C, que era la tercera categoría del fútbol argentino (después de primera división y la primera B). No existía el Nacional B, mucho menos la Superliga.
Ese equipo que vale recordar de Brown realizó una gran campaña en la C y estuvo cerquita del ascenso, que finalmente se adjudicó Central Córdoba de Rosario (donde brillaban con luz propia el eterno Carlovic -un volante que se mantuvo en toda su carrera en el charrua y que nunca quiso salir de allí, algo así como Bochini en Independiente- y la Chancha Mainonis, quien luego iría a Quilmes, para ser figura y también en San Lorenzo).
Brown tenía en el arco a Lípare -más tarde fue el arquero de Argentino de Quilmes-, en la defensa era una fiera un ex Rácing, el polaco Tischik; el negro Pintos era un mediocampista de lujo y el 10 se destacaba por su potencia y los goles de tiro libre, ex Morón, Tamburrino.
En ataque el veloz Vidal, Roccizano que venía de Bánfield, al igual que el defensor Zelayeta, el delantero Díaz, quien más tarde se fue a jugar a Canadá.
En unos pocos partidos jugó el delantero Jaime Donald Martinoli, quien había sido campeón intercontinental con Rácing en 1967.
El técnico era don Manuel (Manolo) Frago. Y en el banco estaba Juan Manuel Raimundo, años después fue técnico, en Argentino de Quilmes entre otros clubes, y durante años fue director de tránsito de la Municipalidad de Almirante Brown.
Las camisas M de Leo le daban el toque publicitario a la Voz del Estadio, ese campo de Ceretti y María Antonieta. La sede estaba en el centro de Adrogué, muy cerquita del colegio Nacional Almirante Brown.
Todo se hacía a pulmón. Ir a las canchas de la C en ese entonces era una odisea, baste como muestra la visita al barrio Lacarra para enfrentar al Deportivo Riestra, que finalmente ganó su partido y sirvió quizás como alivio para salir en forma decorosa de ese escenario.
De todas maneras la campaña del tricolor fue extraordinaria, más allá de la mejor perfomance de Central Córdoba.
En esos tiempos el fútbol no era una materia esencial en el club, en un distrito donde los amantes del deporte tenían una mayor predisposición por el rugby (Pucará de Burzaco era una gran atracción) y las quejas se hacían sentir porque el fútbol de Brown no recibía el apoyo del distrito y de la gente como podía hacer suponer la campaña.
Pasaron más de cuatro décadas. Hoy Brown ha crecido muchísimo en lo futbolístico. Lidera el torneo de la primera B Nacional -ganó en Madryn y también ante Olimpo- y anoche dio la nota al eliminar al poderoso Independiente de la Copa Argentina, desde los penales.
Y tiene un símbolo en la conducción técnica, como es el popular "Don Ramón", el técnico Pablo Vicó, bautizado como el Ferguson de la Argentina, porque lleva más de dos décadas ligado al club, y unos diez años como técnico.
Además Brown es su casa ya que vive en la institución y su vivienda está apenas a metros del campo de juego.
El tricolor le ganó al Diablo pero en los últimos tiempos hizo méritos como para justificar todo lo que le pasa.
Con la humildad de los grandes, resumida en su peculiar DT.

Eduardo Luis Menescaldi 

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