PREMIOS DEL III FESTIVAL TEATRAL ESTESUR

Cayó el telón para la tercera edición del festival teatral Estesur y los premios fueron Tan simple como soñarlo despacio, de Romina Mónaco en primer lugar; segundo Niño de agua, de Martín Perata y tercero, El acompañamiento, de Carlos Gorostiza.
La ganadora -la obra Tan simple como soñarlo despacio- destacó la actuación  de Romina Mónaco, del distrito de Avellaneda, también autora. Es la historia de una mujer que decide partir, para recomenzar, rehacer y renacer. Empezar de cero, así de golpe como cuando uno pincha un globo porque sí. Un nuevo tiempo, un nuevo lugar. Es una historia simple, tan simple como soñarla despacio.
Dirección de Julia Muzio. Asistente: Diego Feijoo.
Niño de agua tuvo al elenco quilmeño integrado por Silvina Sastre, Carolina Schworer y Victoria Presson. Dirección de Gonzalo Camiletti. Asistente: Cristian Marchi.
Es la historia de tres mujeres que manifiesta como La Sed llegó al pueblo y arrasó con las palabras, las relaciones, la conexión con la  naturaleza.
Descubren, al presentarse entre ellas en un paraje seguro, que tienen una misión: encontrar al Niño. Emprenden un viaje buscando señales que digan donde se encuentra. ¿Lo lograrán?
Y El acompañamiento, de Carlos Gorostiza, también tuvo elenco de Avellaneda, con Jorge Gutiérrez y Héctor Ramón Mansilla.
Tuco, a punto de recibir su jubilación, es tentado con el sueño de la fama como cantor. Para cumplirlo, se encierra en una habitación a entrenar sus facultades vocales alejándose así de su familia, de su trabajo y de todo aquello que le impida cumplir su deseo. Queda a la espera del acompañamiento instrumental, que nunca llega.
Sebastián, amigo de Tuco, es convocado por la familia de este para salvarlo. Intenta por todos los medios posibles que su amigo recapacite pero Tuco está tan ensimismado en su imposible quimera que no logra entrar en razón.
Sebastián, luchando para que Tuco vuelva a la rutina dejando de lado su anhelo, descubre su propia vida rutinaria y su lamentable incapacidad de soñar. Es así que comienza a verse reflejado en lo que Tuco no quiere convertirse, y este último, logra despertar en el primero una fascinación por sus propias fantasías.
Lejos de cumplir el objetivo por el que Sebastián fue convocado, este decide unirse al sueño de su amigo y así hacer el intento para escapar del sistema que, sin pensar, los termina envolviendo a ambos.
El festival se desarrolló en el Centro Cultural Lynch, de Wilde, el teatro Indigo, de Berazategui, el Centro Cultural Polaridades, de Quilmes Oeste y Sarandiarte, de Sarandí.
Ayer fue el cierre con el desmontaje a cargo de Carlos Fos, el plenario y la premiación.

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