HUGO PONCE Y UN TANGO PARA BACH


El artista Hugo Ponce anunció su nuevo unipersonal, Un tango para Bach, que será presentando en Quilmes y en Buenos Aires en noviembre, con el que hará su cuarta gira por España y Alemania, en diciembre y en enero del año próximo.
Hay funciones confirmadas en Tenerife (Puerto de la Cruz Bach Festival y Zálatta teatro), Granada, Barcelona (y otras ciudades de Cataluña), Ulm y Hamburgo.
Además de las funciones teatrales habrá conciertos de arias barrocas junto al clavecinista colombiano Daniel Hoyos y el cornetista argentino Gustavo Gargiulo.
La actividad en el Puerto de la Cruz Bach Festival de Tenerife será en representación del Circuito Bach Sudamericano.
No solo será la labor artística y la invitación de la Federación Catalana de Entidades Corales, sino que desarrollará seminarios de técnica vocal para coros.
La gira, autogestionada, será una ocasión para audicionar con distintos maestros especializados en música barroca y para tomar contacto gremial con delegados de organismos artísticos estatales de España y Alemania..

EL ARGUMENTO

En cuanto a la temática de Un tango para Bach, Hugo Ponce menciona que Johann Sebastián Bach recibe en sueños la visita de la musa tanguera (un títere de tamaño natural) que lo lleva en vuelo onírico a un conventillo en el Buenos Aires de los años 30. Concretamente el 24 de junio de 1935, el día en que murió Carlos Gardel.
El universo del tango, sus quimeras y arquetipos, envuelven al kantor de Liepzig y lo subyugan. Bach reconoce giros tangueros en las melodías de algunas de sus suites y cantatas, y por momentos no sabe si lo que observa a lo lejos es el WeiBe Elster o el Río de la Plata.
En su pequeña habitación de alquiler, el viejo maestro abraza un bandoneón, canta tangos de Gardel, Manxi, Di Sarli, Discépolo, Piazzolla, que mezcla con arias y recitativos de sus propias cantatas y pasiones.
Se observa a si mismo interpretando tangos cuyos textos encuentra a la vez antagónicos y similares a la moral cristiana y al rigor luterano, considera la circunstancia social de la Alemania de su tiempo y de la Argentina del temprano siglo XX y se sorprende cuando descubre en la elocuencia del lunfardo un canal retórico para sus recitativos barrocos.
Al fin, cual arrabalera alegoría de la Totentanz medieval (la danza de la muerte), la Musa acude a la habitación de un Bach ya ciego y repentinamente rejuvenecido y lo invita a bailar una danza tradicional de su Eisenach natal que gradualmente se irá convirtiendo en un tango.
Durante la obra se interpretarán tangos y milongas de distintos autores, así como arias y recitativos para tenor de Bach, Haendel y Monteverdi.
El acompañamiento instrumental será con pistas grabadas (piano, bandoneón, guitarra, órgano, cornetto, viola da gamba, etcétera).
Vale destacar la colaboración artística de Manuel de Olaso, Gustavo Gargiulo, Víctor Julián Nocelli, Florencia Suárez, Eva Cativiela, Rodolfo Daluisio, Joaquín Benítez Kitegroski, Mercedes García Blesa,
Susanna Moncayo von Hase, Ludmila Krivich, Mónica Fucci, Pablo Angilletta, Alejandro Meerapfel, Pablo Suárez, Mariana  Nigro, Exe Power (Ezequiel Morelli).
Los títeres diseñados y realizados por Eugenia Rocha y Andrés Nuñez (Disparate títeres).
Y la imprescindible asistencia técnica de Ana Ruhl y dirección de Alejandro Casagrande.

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