Quien fuera asesinado como obispo de La Rioja aquel fatídico 4 de agosto de 1976, monseñor Enrique Angelelli, fue reconocido por el Papa Francisco como mártir. También recibieron esa condición, que es un paso previo a la santidad- los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, asesinados también en La Rioja tiempo antes que monseñor Angelelli. Y el cuarto mártir que decretó el Papa es el laico Pedernera.
La decisión del Sumo Pontífice la comunicó el obispo de La Rioja, el quilmeño Marcelo Colombo, quien alentaba el proceso de beatificación de monseñor Angelelli, que empezó en el 2014, mientras que el de los curas comenzó en 2011.
En aquel tiempo de la dictadura militar el asesinato de Angelelli pretendió encubrirse en un accidente automovilístico, demostrándose tiempo después que fue un homicidio por el que fue condenado el ex general Luciano Benjamín Menéndez y también el ex comodoro Luis Fernando Estrella, como autores mediatos.
Colombo destacó que el Papa le avisó la novedad, el decreto que había firmado, y agregó que estaba muy feliz por haberlo hecho.
Monseñor Colombo explicó que desde ya comienzan los preparativos para la beatificación.
Cabe recordar que el presunto accidente de Angelelli, que le costó la vida, fue un homicidio. Angelelli molestaba porque en ese tiempo monseñor volvía a la capital de La Rioja, junto a su secretario, el padre Arturo Pinto. Habían participado de un homenaje a los sacerdotes Murias y Longueville.
Angelelli sumó una exhaustiva investigación por la muerte de esos curas, y en el coche llevaba tres carpetas con amplia información que apuntaban a los militares como responsables de las muertes.
El 18 de julio de 1976, en Chamical, en la casa de religiosas de esa localidad, se presentaron individuos que dijeron ser de la policía federal y se llevaron a los sacerdotes Murias y Longueville que estaban cenando. El motivo era que debían declarar sobre unos detenidos en Chamical. Sin embargo, los llevaron a la base aérea local y los fusilaron. Los cuerpos fueron encontrados tres días después por unos obreros junto a unas vías.
El 25 de julio encapuchados entraron a la casa del campesino Pedernera, organizador del movimiento rural católico y colaborador de Angelelli, y lo asesinaron delante de su esposa y de sus tres hijas.
En 2006, a treinta años de la muertede Angelelli, el entonces titular de la Conferencia Episcopal Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, celebró una misa en la catedral de La Rioja en su memoria.
En la homilía el hoy Papa dijo que monseñor Angelelli recibía pedradas por predicar el Evangelio y dio su sangre por ello. Y agregó palabras de Tertuliano: La sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia.
Cabe recordar siempre a monseñor Angelelli y su opción por los pobres y ser voz de los sin voz. Alguna vez, allá por 1974, quien esto escribe visitó al obispo de La Rioja y dejó picando una frase que fue toda una definición. Hablando de los insensibles, los capitalistas, los que se apartan de Dios y se dejan llevar por el dios dinero, sentenció: "Tienen luz de mercurio en los ojos y asfalto en el corazón".
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