HOMILIA DE TISSERA: LOS EXCLUIDOS DEL BANQUETE DE LA VIDA


En su homilía por Corpus Christi, el obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, habló de Jesús Eucaristía "venerándolo en los excluidos del banquete de la vida".
Comenzó diciendo que la iglesia diocesana de Quilmes celebraba la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Corpus Chñristi.
Agregó que se eligió la parroquia de Soalno porque el pasado 8 de diciembre celebró 60 años de creación, junto con otras parroquia de la diócesis, cuando todavía estas ciudades del sur de Buenos Aires pertenecían a la arquidiócesis de La Platra.
"La palabra de Dios hoy nos ayuda a contemplar este gran misterio de la fe: la Eucaristía. En la Ultima Cena, Jesús dona su Cuerpo y su Sangre mediante el pan y el vino para dejarnos el memorial de su sacrificio de amor infinito. Desde entonces, los discípulos tenemos todo lo necesario para nuestro camino a lo largo de la historia, para hacer extensivo a todos el Reino de Dios, Luz y fuerza será para su pueblo el don que Jesús ha hecho de si mismo, inmolándose voluntariamente sobre la cruz. !Y este Pan de vida ha llegado hasta nosotros! Hace 60 años empezó a celebrarse permanentemente la Misa en estos lugares, que crecieron por la necesidad de tantas personas que venían buscando un futuro mejor, para ellos y sus hijos; la fe que los animaba fue alimentándose con este Pan de los peregrinos, ayudándolos a formar familias fraternas y solidarias, sosteniéndolos en sus luchas por un salario justo y por una tierra y un techo que los cobijara.
"Hermanas y hermanos, el misterio de Cristo que celebramos es insondable. Es un verdadero abismo para nuestra pequeña mente humana. San Pablo, mirando a Jesucristo, dice: Me amó y se entregó a si mismo por mi. Y aunque difícilmente se encuentra a alguien dispuesto a morir por una persona justa, solo Jesucristo quiere dar la vida por un pecador como yo. Con estas palabras, San Pablo intenta hacernos entrar en el misterio de Cristo. No es fácil, es una gracia. Lo han entendido no solo los Santos canonizados sino  también tantos santos escondidos sen la vida ordinaria, gente humilde que pone su esperanza solo en el Señor; han entrado en el misterio de Jesucristo crucificado, que es una locura dice Pablo, advirtiendo que si tuviera que gloriarse de algo, sería de sus pecados y de Jesucristo crucificado.

PROCLAMA EN SOLANO

"Hay un texto de la Liturgia de la Iglesia que dice: Reconozcan en este pan, a aquel que fue crucificado en el cáliz, la sangre brotaba de su costado. Tomen y coman el cuerpo de Cristo, beban su sangre, porque ahora son miembros de Cristo. Para no disgregarse coman este vínculo de comunión, para no despreciarse, beban el precio de su rescate  (Responsorio de la segunda lectura de la Liturgia de las Horas Corpus Christi).
¿Qué significa hoy disgregarse? Nosotros nos disgregamos cuando no somos dóciles a la Palabra del Señor, cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar los primeros lugares, cuando no encontramos el valor para testimoniar la caridad, cuando no somos capaces de ofrecer esperanza.
Participando de la Eucaristía y nutriéndonos de ella, estamos incluidos en un camino que no admite divisiones. El Cristo presente en medio de nosotros, en la señal del pan y del vino exige que la fuerza del amor supere toda herida, y al mismo tiempo, que se convierta en comunión también con el más pobre, sea apoyo para el débil, atención fraterna con los que se fatigan para llevar el peso de la vida cotidiana y están en peligro de perder la fe.
¿Qué significa hoy para nosotros disgregarse, o sea diluir nuestra dignidad cristiana? Significa dejarnos engañar por las idolatrías de nuestro tiempo: el aparecer, el consumir, el yo al centro de todo, pero también el ser competitivos, la arrogancia como actitud vencedora, el no tener jamás que admitir el haberse equivocado o el tener necesidades. Todo esto nos disuelve, nos disgrega, nos vuelve cristianos mediocres, tibios, insípidos.
Porque no queremos disgregarnos, porque queremos vivir en comunión, hoy desde Solano decimos: Honremos a Jesús Eucaristía venerándolo en los excluidos del banquete de la vida.
"Uno de los mas grandes Santos Padres de la Iglesia, San Juan Crisóstomo (347-404) dice en una homilía:¿Deseas honrar el cuerpo de Cristo? No lo desprecies, pues, cuando lo contemples desnudo en los pobres, ni lo honres aquí, en el templo, con lienzos de seda, si al salir lo abandonas en su frío y desnudez. Porque El  mismo dijo: Esto es mi cuerpo, y con su palabra llevó a realidad lo que decía. Afirmó también: tuve hambre y no me dieron de comer, y más adelante: Siempre que dejaron de hacerlo a uno de estos pequeños, a mí en persona lo dejaron de hacer. El templo no necesita vestidos y lienzos, sino pureza de alma; los pobres, en cambio, necesitan que con sumo cuidado nos preocupemos de ellos.  

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