Ayer se cumplieron 140 años de la creación de los cuerpos de taquígrafos de la Cámara de Diputados de la Nación y del Senado de la Nación.
Fue el 25 de junio de 1878, a instancias del proyecto enviado por el presidente Domingo Faustino Sarmiento, aprobándose la ley 915, por la que se dividió en dos el cuerpo de taquígrafos único, el mismo para las dos Cámaras, que se había creado en 1872.
Hoy como ayer,dando a conocer los debates parlamentarios.
Sin duda los Cuerpos de taquígrafos del Parlamento nacional constituyen un orgullo para la República, con una labor ininterrumpida que ha merecido elogios de propios y extraños.
Ellos son los ojos y oídos de la República a través de la actividad legislativa, registrando a lo largo de los años la tarea de los cuerpos legislativos y de las comisiones.
En la reciente consideración del proyecto de ley de despenalización del aborto, en el caso de los taquígrafos de Diputados -más adelante el tratamiento será en el Senado- fueron registrando todo el intenso y extenso debate que duró casi un día de sesión sin intervalos.
Mientras los legisladores pueden entrar y salir del recinto -deben estar presentes es cierto a la hora de la votación y cuando deben exponer su pensamiento, pero pueden irse y volver cuando quieran- los taquígrafos están siempre ahí, firmes.
Todos los taquígrafos ingresan a los cuerpos por riguroso concurso y se destacan por su profesionalismo, conocimiento, sustento y capacidad de entendimiento de todos los temas que se tratan en el Congreso.
Hoy conduce el Cuerpo de Taquígrafos de Diputados el doctor, abogado, Guillermo Amadeo Castellano y en el caso del cuerpo del Senado, el quilmeño Jorge Bravo, hermano del prestigioso pintor y artista Julio Bravo.
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