ORACION POR LA VIDA


A pedido de las comisiones de laicos y familia, de comunicación y de liturgia y de la pastoral de la salud, todos organismos de la Conferencia Episcopal Argentina, desde el Obispado de Quilmes se ha enviado el subsidio litúrgico que acompaña la invitación a un tiempo intenso de oración por la vida y en especial, por la vida del niño por nacer, desde el domingo de la Ascensión del Señor -el 13 de mayo- hasta el domingo de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (domingo 3 de junio).
La idea es que toda la Iglesia Argentina se una en oración, a la vez que se sigue trabajando en la defensa de la vida.
Este material está dirigido a sacerdotes, parroquias y comunidades religiosas para poder en cada lugar expresar el compromiso por la vida, rezando fervientemente.
Asimismo, la Comisión Episcopal de Comunicación junto a la Oficina de Prensa del Episcopado generarán estrategias para difundir estas acciones.
Todo este material se puede descargar desde el siguiente link: https://drive.google.com/drive/folders/1d0tLGWXgZibtDn-CY2qQilbkw88basPP.

ORACION POR LA VIDA

Esta es la oración por la vida a rezar al final de la misa desde el domingo de la Ascensión del Señor hasta el domingo de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.
"María, 
aurora del mundo nuevo,
Madre de los vivientes,
a Ti confiamos la causa de la vida:
mira, Madre, el número inmenso
de niños a quienes se impide nacer,
de pobres a quienes se hace difícil vivir,
de hombres y mujeres víctimas
de violencia inhumana,
de ancianos y enfermos muertos
 a causa de la indiferencia
o de una presunta piedad.
Haz que quienes creemos en tu Hijo
sepamos anunciar con firmeza y amor
a los hombres de nuestro tiempo
el Evangelio de la vida.
Alcánzanos la gracia de acogerlo
como don siempre nuevo,
la alegría de celebrarlo con gratitud
durante toda nuestra existencia
y la valentía de testimoniarlo
con solícita constancia, para construir,
junto con todos los hombres de buena voluntad,
la civilización de la verdad y del amor,
para alabanza y gloria del Dios Creador
y amante de la vida.
Amén

San Juan Pablo II. 25 de marzo de 1995.

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