HE VISTO A DIOS, EN EL TEATRO LA MASCARA

Fue presentada en el teatro La Máscara, Piedras 736, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la obra de Francisco Defilippis Novoa, He visto a Dios. En la presentación se hizo un homenaje a Osvaldo Terranova, quien la protagonizó hace años. Estuvo la hija de Osvaldo, Rita.
La pieza se presenta todos los viernes a las 20, con las actuaciones de Raúl Ramos, Oscar Rovito, Rolando Alvar, Victoria Bohr, Néstor De Giobbi, Pablo Kovacs y Paula Trucchi.
Adaptación: Raúl Ramos.
Músicos: Federico A. Rosso.
Asistencia de dirección: Adriana B. García.
Coreografía: Sebastián Codega.
Dirección: Raúl Ramos.
Prensa: Alfredo Monserrat.
En el estreno estuvieron Virginia Lago, Coni Vera, Bety Cosoy, Gabriel Rovito, Héctor Fernández Rubio, Héctor Giovine, Víctor Hugo Vieyra, Coco Kusnir, Hugo Alvarez Rey, el productor teatral Daniel Deé, los periodistas Adela Montes, Guillermo Alamo, Norberto Gonzalo.

LA PIEZA

Es una de esas obras que siempre despiertan la posibilidad de trabajar en ellas desde lo profundo de su argumento.
Juegan en ella la ambición desmedida por el dinero, recurriendo a cualquier medio con tal de obtenerlo, cosas que hace su protagonista, inmerso en el delito ya que es reducidor de joyas, que le proveen individuos de baja calaña para los cuales Carmelo Salandra (el protagonista) es el ángel salvador.
Descree de la solidaridad y de Dios, argumentando que el único Dios es el dinero, que se consigue por medio de la usura en la mayoría de los casos.
Un hecho trágico donde se ve involucrado su hijo, lo traslada mediante el dolor y la bebida, a enfrentarse con Dios a puro reproche, circunstancia que será aprovechada por su ayudante, Vittorio, para disfrazarse de Dios, con la intención de sacarle dinero.
Un vendedor de biblias, inquilino del conventillo, descubre la farsa y entonces, Carmelo Salandra, luego de haber estado casi al borde de la locura, encuentra el verdadero camino hacia Dios, despojándose de las cosas materiales.
Seguramente sea esa la forma más eficaz para encontrase definitivamente con Dios.

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