GENIAL ESCAPE POR EL MURO DE BERLIN

Mañana a las 6 y a las 12, por el espacio INCAA TV (hoy Cine.ar TV), se exhibe el filme documental de Miguel Rodríguez Arias, "Genial escape por el muro de Berlìn".
La película, que se exhibió hoy a las 18, tiene una duración de 26 minutos y ofrece el caso de la alemana Liane Sundermann, actualmente residente en Argentina, quién cuenta cómo pudo escapar hace 30 años -el 28 de mayo de 1988- a través del temible muro, de Alemania del este a la del Oeste, junto a su compañero Johanes Georg Eliret.
En aquel año 88 -vale recordar que el muro recién cayó el 9 de noviembre del año siguiente- el Muro de Berlín separaba a las dos Alemanias (había sido construido el 13 de agosto de 1961, con 166 kilómetros de largo y cuatro de altura).
La temible Stasi, el Servicio Secreto del gobierno socialista, reclutaba gente para que actuara como informante.
Liane logró escapar con un genial ardid, y ya estando en la parte occidental le costó convencer a los norteamericanos de que no era una espía. Del lado oriental intentaron vanamente reclutarla, e incluso hubo un amigo que casi la convence, pero cuando ella descubrió que marchaba con su coche para el otro lado del muro, se tiró del automóvil.
Hoy Liane vive en la Argentina, y fue el gran testimonio que logró el director Rodríguez Arias.

HACIA LA LIBERTAD

El escritor Juan Llamazares es autor del artículo sobre los saltadores del muro. He aquí su crónica: en la madrugada del 13 de agosto de 1961 los berlineses se fueron a la cama después de un largo día de trabajo y ni imaginaban que al levantarse la mañana siguiente iba a estar levantado el muro. Durante la noche obreros y soldados de la República Democrática Alemana, apoyados por carros de combate soviéticos y alumbrados por grandes reflectores, comenzaban a levantar el muro, que desde ese momento dividió Berlín en dos partes.
De ahí en más muchos quisieron pasar y pagaron con su vida tal audacia.
Hubo otros que lograron pasar, salvando sus vidas.
He aquí algunos ejemplos: Un padre de familia logró cruzar el muro con su mujer y su hijo de seis años, gracias a un artefacto, una polea de madera sujeta a la cintura con fuertes correajes y un largo cable atado al extremo de un martillo por el que descendieron como en un funicular, uno detrás del otro, empezando por el niño, después de haber esperado escondidos en los wateres de la Casa de los Ministerios, edificio lindante con el muro y que el hombre conocía bien por su trabajo, llegada de la noche.
También esperaron la llegada de la noche Genther Wetzel y Doris Strelzyk, quienes, con un globo aerodinámico hecho por ellos mismos y propulsado a base de bombonas de butano, consiguieron pasar en el verano de 1979.
Hans Mayer, herido por los disparos de los vopos cuando cruzaba a nado el río Spree, al igual que Ivo Zdarsky, autor del primer avión casero individual, pudieron huir.
Y está el caso de Liane Sundermann, berlinesa del Este, y de Johanes Georg, berlinés del Oeste, quien en heroica acción de amor (de las que ya solamente son posibles en Berlín) pasó a su novia a Occidente una tarde sábado, escondiéndola bajo el asiento trasero de su coche. Fue el 28 de mayo de 1988.
Y es lo que relata precisamente el documental de Rodríguez Arias.

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