QUILMES AC: BARRAS EN LA MAÑANA DE ENTRENAMIENTO

En el sitio web Mundo ascenso, el periodista Adrián Di Blasi comenta la mañana convulsionada que vivió el plantel de Quilmes en la fecha.
Porque los barras ingresaron al entrenamiento y estuvieron a punto de agredir a Miguel Caneo.
Dice Di Blasi que los barras increparon con dureza al presidente Marcelo Calello, quien no pudo impedir el ingreso de los inadaptados a la zona de vestuarios.
Una vez ahí abordaron violentamente a Miguel Caneo. El episodio fue violento pero no llegó a la agresión física por la intervención de Emanuel Trípodi, quien defendió a su compañero y terminó impidiendo que la apretada terminara directamente en la agresión física.
Miguel Caneo, dice Di Blasi, responsabilizó a Marcelo Calello, dirigiéndose a la máxima autoridad del club con duros términos.
El periodista también reproduce lo que Miguel Caneo puso en su twitter sobre el episodio: Yo me puedo aguantar muchas situaciones, de las cuales prefiero no hablar. Lo que no voy a permitir es que los llamados barra bravas vengan a apurarme o faltarme el respeto a mi lugar de trabajo.
Hace más de ocho años que defiendo esta camiseta, como para que me vengan a decir lo que es el QAC. Respeto!".

REFLEXIONANDO

La violencia dejó picando la reflexión porque Quilmes recién juega el martes en este clima tan enrarecida.
Horas desesperadas, podría ser el título de este momento, recordando aquella inolvidable película con la enorme actuación de Humprhrey Bogart.
Este antecedente debe servir para que las autoridades del club tomen las medidas del caso, fundamentalmente en materia de seguridad de cuerpo técnico y futbolistas, máxime sabiendo que el lunes van a concentrar en un hotel de Quilmes Oeste (porque juegan en el Centenario ese día Estudiantes-Chacarita).
No hay que olvidar que la seguridad del plantel está a cargo del ex comisario Otero, quien habrá tomado cartas en el asunto para que las cosas no pasen a mayores.
Hoy justamente hubo un episodio lamentable y violento en Santa Fe donde barras de Colón decidieron que el partido con Vélez no se jugara íntegramente, arrojando bombas de estruendo, inclusive después de la advertencia del árbitro cuando cayeron las primeras bombas cerca del arquero de Vélez, Rigamonti, el cordobés ex Quilmes.
El clima en Quilmes que se respira no es el mejor ni mucho menos. Anoche hubo protestas frente a la sede. Se está desarrollando la etapa de avales de listas, y se han generado rispideces, y muchas quejas sobre todo de los integrantes de la Agrupación Azul, encabezados por Fernando Palermo ("estamos dispuestos a ayudar a los directivos en esta instancia tan particular que vive el club, y nos ponen palos en la rueda" dijo precisamente Palermo).
Lo que pasa es que el hecho de estar en la cornisa de un eventual nuevo descenso -el anterior fue a mediados del año pasado- ha provocado esta situación explosiva.
Quilmes necesita 6 puntos de los 9 que quedan en juego y los tres ante Morón del martes a la noche son más que fundamentales. Con el antecedente de llevar varios partidos sin victorias en el Centenario -la única este año fue con Brown de Adrogué- se entiende el ambiente enrarecido que rodea la situación.
Esperemos que de aquí al martes gobierne el sentido común, que no suele ser el más común de los sentidos, para que la posibilidad que significa ganarle a Morón no se empañe con hechos desagradables, incluido aquello de los maliciosos que harán lo imposible por ensuciar el panorama.
Hay mucho por aclarar, incluido lo del principal referente del club, Miguel Caneo, tirando sus dardos al presidente y dejando la incógnita por saber de que se puede aguantar muchas situaciones, de las que prefiere no hablar. No olvidemos que alguna vez Caneo, socio del club, dijo en radio FM Sur que soñaba con ser presidente algún día del decano del fútbol argentino.
En fin, esto es Quilmes, donde siempre hay posibilidades de estar peor.
Un campeonato económico que resulta complicado ganar por la pesada herencia que recibió esta directiva, llevando casi obligadamente a la convocatoria de acreedores.
Un campeonato deportivo que también resulta complicado sostener, porque los sueños de ascenso directo o de Reducido, se han reducido a la última esperanza: salvar la categoría.
Quilmes arrastra muchísimos años de peripecias, con alegrías y tristezas, muchas más éstas que las primeras.
Con un campeonato metropolitano 1978 y un subcampeonato Nacional 1982, perdido ante el mejor Ferro, el de Griguol, y muchos descensos en las espaldas, como para tener el triste privilegio de ser el que más suma en este rubro.
En fin, vale reiterarlo, es un momento especial, bisagra, ... y son horas desesperadas las que se viven, donde se necesita la suficiente inteligencia para evitar que se hunda el Titanic.
(ELM).

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