EL ENIGMATICO "DIPU" QUORUM...

Hoy la Cámara de Diputados de la Nación estuvo citada a sesión especial: el objetivo, tratar un proyecto de ley de la oposición para congelar las tarifas de servicios al 1 de enero de 2017 (iniciativa que alegremente alentó la ex presidenta  CFK...).
La sesión estuvo a punto de realizarse pero fue levantada "por falta de quórum". Debe recordarse que reglamentariamente se necesita un número mínimo de legisladores a la hora del inicio, de lo contrario la sesión se cae, repitiéndose el famoso latiguillo de la "falta de quórum".
Aparentemente, se llegó a reunir 128 diputados en el recinto, lo que indicaba que falta apenas uno para que la sesión comenzara. Ese uno nunca llegó, o al menos en el lapso que determinó el presidente de la Cámara para tomar la decisión.
Hubo un tira y afloje, un diputado mediático como el salteño Olmedo -el hombre que se viste de amarillo- estuvo jugando con la situación. En un momento estuvo en el recinto, en otro se alejó (aparentemente alguien le dijo algo al oído para que se retirara). Lo cierto es que este Olmedo -panelista de Intratables por el canal América, en el programa que conduce Santiago Del Moro- se convirtió en la gran estrella de la Cámara, saliendo luego por los medios a dar sus explicaciones, con esa sonrisa socarrona que siempre lo acompaña.
La democracia regresó aquel histórico 10 de diciembre de 1983 -se van a cumplir 35 años- y en este lapso de gobiernos de distintos signos -radicalismo al principio, peronismo luego en versión menemista, Alianza, kirchnerismo y cristinismo como variantes del peronismo, y desde hace más de dos años Cambiemos o el PRO o el macrismo- el tema que hoy ocupa los titulares de los medios se repitió hasta el cansancio.
Con ironía viejos y experimentados cronistas parlamentarios solían reflejar la situación con esta descripción: ante la ausencia del (dipu) Quorum, la sesión fracasó.
Aquí hay que hacer una salvedad, que en su momento recordó el ex presidente de la Nación (por un día), Eduardo Oscar Camaño, ex presidente de la Cámara y ex intendente de Quilmes, ya que ante situaciones como esta en el recinto acordó que los taquígrafos siguieran tomando la sesión, aunque se hubiese levantado. Porque debía quedar para la historia legislativa del país lo que decían "en minoría" los legisladores ante una sesión fracasada.
Hoy el tema tarifas es movido por la eventual oposición, con el kirchnerismo y el peronismo en distintas vertientes como propulsores, pero la realidad, que es la única verdad, hace recordar que esto que pasó en la fecha se ha dado muchísimas veces.
¿Acaso olvidar la interminable serie de sesiones en minoría que propulsó la oposición -fundamentalmente durante el kirchnerismo y el cristinismo- que no tuvieron el respaldo del oficialismo de ese entonces?
Y los argumentos en todos los casos eran los mismos. El oficialismo  no quiere debatir, esquivan los temas fundamentales, etcétera, etcétera.
Resulta un ejercicio saludable y agradable, como trabajo para los historiadores, recurrir a los diarios de sesiones, a las versiones taquigráficas, para advertir cómo se cambia de opinión según el lugar que se ocupe, sea oficialismo u oposición.
Hoy el diputado Agustin Rossi, titular del bloque kirchnerista, se quejaba amargamente de la falta de respuesta ante el pedido por parte del PRO y Cambiemos. Si el santafesino se tomara el trabajo de recurrir al pasado y a las citadas versiones taquigráficas, podrá observar que los mismos argumentos que lo están motivando para reclamar la sesión servían para justificar, cuando eran oficialismo, por qué no daban quórum.
Estos argumentos son repetidos. Los que en el gobierno de Alfonsín eran estatistas desde la oposición, en el gobierno peronista siguiente (el de Menem) eran los principales gestores de la privatización de las empresas del Estado. El diputado José Luis Manzano es un fiel reflejo de ese cambio de opinión según el gobierno que estuviera a cargo del poder.
El gran colega y periodista parlamentario, el quilmeño Armando Vidal, escribió un libro -El Congreso en la trampa- donde recuerda la aparición del "diputrucho", es decir, un particular (el empleado Abraham Kenan) que se sentó en la banca de un diputado para dar quorum a fin de aprobar un determinado proyecto de ley que impulsaba el oficialismo.
La casualidad lo llevó a descubrir la maniobra, con la ayuda de un colega, lo que desencadenó un escándalo de proporciones en su momento.
En síntesis, pasa el tiempo, los gobiernos, oficialismos, oposición, y el enigmático Dipu Quorum sigue legislando.
(Eduardo Menescaldi)

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