QUILMES. EL INFIERNO TAN TEMIDO


¿Cómo titular una nota para referir el momento que vive el Quilmes AC en el ámbito deportivo, en la primera B Nacional?
¿Se puede hablar del infierno tan temido, o decir desde el abismo, o afirmar que el círculo se cierra, o al Cervecero lo espera el Tiburón?
La realidad, que es la única verdad, dice que después de la caída de ayer con los mendocinos, el Cervecero se afirmó en la zona de descenso, necesitando recuperar de inmediato para soñar con la permanencia.
Para colmo el fixture marca que el próximo lunes a la noche deberá visitar al hoy líder Aldosivi, que al ganar en Corrientes emparejó la posición de Atlético de Rafaela, aunque el Tiburón de Mar del Plata tiene un partido menos.
Quilmes va a tener que "bailar con la más fea", porque el marplatense, además del acompañamiento de su gente, cuenta con el respaldo de un equipo sólido, con un ensamble de experiencia y juventud que ha demostrado hasta ahora lógicos merecimientos para pensar en el ascenso directo.
Mario Sciacqua estuvo a punto de irse después de la derrota de anoche, y por eso se demoró tanto su conferencia de prensa. Quienes están en la cocina del Mundo Quilmes comentaron que el técnico no quería seguir, y fue convencido por los propios jugadores y los directivos. 
Cuando Sciacqua estuvo frente a los periodistas, se lamentó del resultado y reconoció que el equipo tuvo entrega pero no pudo superar al rival, sobre todo cuando se quedó con un hombre de menos ante la expulsión de Albarracín apenas iniciado el segundo tiempo.
Para el partido del lunes venidero -el plantel vuelve mañana a los entrenamientos- además de la ausencia de Albarracín habrá que ver qué pasa con el resto, porque en momentos como este el técnico debe tener la cabeza fría y el corazón caliente para jugarse con los que mejor estén.
Nadie desconoce lo difícil que se hace remontar la cuesta, porque faltan seis fechas, tres de local y otras tantas de visitante, y enfrente estarán equipos que pelean por el ascenso directo (como Aldosivi, Rafaela, Morón) y otros que lo hacen por la permanencia o ingresar al reducido (Mitre de Santiago del Estero, All Boys, Boca Unidos). En fin, un horizonte bastante oscuro que solo podrá superarse comenzando a recuperar el terreno perdido y sobre todo, la fe en las propias fuerzas.
Parece que fue hace mucho que este equipo ganó, gustó y goleó a un rival importante como Brown de Adrogué o se recuperó en el segundo tiempo para ganar en Puerto Madryn.
Las caídas de local con Flandria e Independiente Rivadavia de Mendoza y de visitante con Ferro, hicieron aparecer los fantasmas de siempre.
Después de la derrota ante los mendocinos, en los alrededores de los vestuarios se formaron los corrillos de siempre y se vio a un directivo intentando dar explicaciones, reconociendo el mal momento deportivo y hablando también de los esfuerzos que se hacen para sacar adelante el club en lo económico.
Alguien comentó que días pasados jugó el selectivo con Almagro en el predio de Alsina y Lora, y hubo que convencer a los empleados que dieran su aporte, cuando esos empleados -que no ganan ni por las tapas lo que perciben los futbolistas del plantel profesional - amenazaban con medidas de fuerza, porque lo único que reclamaban es cobrar sus sueldos para sostener a sus familias.
Si el humorista Enrique Pinti tomara al Quilmes AC como muestra de sus históricos monólogos, seguramente  tomaría el título de su show "OTRA VEZ SOPA" para simplificar el momento Cervecero.
Lo peor no pasó, lo peor está por venir. Según lo que dicen las matemáticas para salvarse del descenso hay que llegar a los 31 puntos (o sea sacar 10 al menos de los 18 que faltan, una cifra no imposible pero bastante difícil si se tienen en cuenta los últimos resultados).
Y en esa "quimera del oro" que tendrá que emprender Sciacqua y su plantel, de entrada nomás aparece la excursión más complicada. El técnico dijo en esa conferencia de prensa tan especial que ahora piensa en ganarle a Alsovisi, aunque parezca una expresión de compromiso (máxime teniendo en cuenta cómo llegan ambos a este partido. Pero esto es fútbol, podría decirse... y en todo caso Quilmes será árbitro de los de arriba porque visita al Tiburón y más tarde lo hará con Rafaela).
En fin, si el resultado no acompaña en Mar del Plata -así parece ser según lo que dice la realidad- el siguiente partido de local, con All Boys, se transformará en un encuentro bisagra, si todavía Sciacqua tiene hilo en el carretel y no decide dar un paso al costado (en ese caso volverá Leo Lemos, a cargo del selectivo a hacerse cargo del hierro candente).
Como dice un conocido periodista que sabe del Mundo Quilmes -quienes lo vivimos desde hace tantos años 
con tantos ascensos y descensos sabemos como nadie cómo es esta historia- en Quilmes siempre se puede estar peor.
¿Habrá alguna luz de esperanza al final del túnel o la B Metropolitana será el infierno tan temido?
EDUARDO MENESCALDI

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