ORDENACION EPISCOPAL DEL PADRE MARCELO MARGNI

La diócesis de Quilmes vibró al vivir la ordenación episcopal de su obispo auxiliar, el padre Marcelo Juan Margni, conocido por la grey católica local como el padre Maxi.
Sobre un escenario en la puerta de la catedral de Quilmes, Inmaculada Concepción, en la peatonal Rivadavia, se armó el altar, donde una veintena de obispos acompañó la celebración que tuvo como consagrante al obispo de Quilmes, Carlos José Tissera, y como coconsagrantes al obispo de La Rioja, Marcelo Colombo y al obispo emérito de Quilmes, Luis Teodorico Stockler.
La celebración fue antecedida por una oración que Margni realizó frente a la tumba del primer obispo de Quilmes, Jorge Novak. Luego de la procesión de obispos, sacerdotes y diáconos por la plaza San Martín, comenzó la ceremonia de ordenación que llevó como lema Según tu palabra.
El día elegido para la celebración fue particular, recordando el nacimiento del santo cura Brochero.
Participaron miles de personas, y entre las autoridades, el director nacional de Culto Católico, Luis Saguier Fonrouge; el director de Culto de la provincia de Buenos Aires, Walter Jimenez; el diputado de la provincia de Buenos Aires, Juan José Mussi; el ex embajador argentino ante la Santa Sede, doctor Carlos Cúster; y otras autoridades.
Entre los obispos participantes estaban el de Lomas de Zamora, mosneñor Jorge Lugones, con sus auxiliares, Jorge Torres Carbonel y Jorge García Cueva; el de Azul, Hugo Salaberry; el de Merlo-Moreno, Fernando Maletti, con su auxiliar, Oscar Minarro; el obispo de Laferrere, Gabriel Barba; el de Morón, Jorge Vázquez; el de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia; el de Zárate-Campana, Pedro Laxague; el obispo auxiliar de La Plata, Nicolás Baisi; y los obispos auxiliares de Buenos Aires, José María Baliña, Gustavo Carrara y Ernesto Giobando. Acompañó a la delegación de obispos el secretario de la Nunciatura Apostólica, monseñor Vicenzo Turturro.

PALABRAS DEL PADRE MAXI MARGNI

En la ocasión el flamante sacerdote ordenado obispo auxiliar, padre Marcelo Maxi Margni, comenzó diciendo: "Vienen a mi corazón en estos momentos unas palabras del Santo Cura Brochero: Estos trapos benditos que llevo encima no son los que hacen sacerdote, si no llevo en mi pecho la caridad ni a cristiano llego".
"Con estas sencillas palabras, Brochero, a quien hoy celebramos, expresaba a su obispo la convicción profunda de que un pastor no se define por sus apariencias sino por su corazón latiendo con compasión, con misericordia, con caridad. En su día le pido que interceda para que siempre celebre en la vida y en el ministerio esa convicción.
Me siento totalmente tomado por Dios, su Espíritu me ha ganado y hay que saber perder. A El quiero agradecer su inmensa bondad, paciencia y confianza. En El agradezco a cada uno de ustedes. Cada rostro y cada nombre en esta plaza son importantes. Como la Virgen María, mi alma canta su grandeza estremecido porque miro mi pequeñez.
El corazón me desborda de gratitud al vernos reunidos esta noche al reflejo de la gran luz que emana del testimonio de nuestro querido padre obispo Jorge Novak. Aquí, en la catedral, descansan sus restos, pero su memoria late en cada una de nuestras comunidades. Su corazón de pastor y su trabajo incansable han hecho de nosotros un pueblo capaz de dejarse animar por el Espíritu de Dios, que nos hace esta Iglesia Viva que hoy me unge.
Aquí está mi familia: ellos me acompañan siempre. Papá Juan Carlos ya lo hace desde el cielo como tantos familiares y amigos que celebran con nosotros desde las plateas celestiales. Mamá Liliana, mi hermano mayor Marcos y mi hermana melliza Laura, y mis sobrinos Ludmila, Lautaro, Lisandro y Guadalupe. Además de la familia grande de tíos y primos a quienes quiero inmensamente. Mi barrio, mis amigos, mis compañeros.. Algunos vinieron de tan lejos.
En mis raíces está la enorme generosidad de este pueblo argentino que abrió las puertas a inmigrantes empujados por la guerra: papá, nieto de suizos y españoles, mamá nacida en Italia, en Avellino, igual que mis  nonos y mis tíos. Esta patria los recibió generosa, cálida y fraterna. Ellos me enseñaron que la Argentina no nació de los barcos sino que muchos barcos trajeron inmigrantes pobres llenos de sueños y ruegos de paz, pan y trabajo, y que la Providencia de Dios y la generosidad de los habitantes de este suelo los hicieron posibles.
Provengo de una familia de trabajadores. Siempre fui de Berazategui, crecimos felices y aprendimos los valores de la fe, el trabajo y la honradez, y aunque humildes, siempre tuvimos para compartir con aquellos que tenían menos. Eso configuró en mí un modo de estar en el mundo, haciendo de la sencillez, la fraternidad y la solidaridad una forma de vida. Agradezco a Dios la riqueza de mi familia que se hace aun más grande cuando la comparto...
"Me preguntaron cuál era mi sueño para este tiempo nuevo. Más que un sueño personal, quisiera acompañar la maduración del proyecto de Dios para la Iglesia quilmeña y su sueño común de seguir creciendo juntos en la vocación de ser primicia y fermento del Reino de justicia y paz, de una  Iglesia discípula misionera y que vive la dulce y confortadora alegría de evangelizar, una Iglesia amiga de Dios y de los pobres, defensora de los derechos humanos, servidora del diálogo y al unidad de los cristianos. Ese el sueño de Jesús, el sueño del concilio, el sueño de Novak...
"Los obispos no somos nada sin los curas. Por eso, les pido que me sigan estando tan cerca, enseñándome, dándome tanto cariño como hasta ahora. Los necesito. !Tenganme paciencia!!Si hasta me da un poco de verguenza estar frente a ustedes con estos benditos trapos, sabiendo que muchos serían mejores obispos que yo! Los admiro tanto, sobre todo a los que en silencio y anonimato sirven a los más pobres constantemente, lejos de cualquier lógica calculadora a la búsqueda de méritos y apariencias. Me llena de esperanza ver la riqueza intergeneracional de nuestro cuerpo presbiteral, los mayores haciendo huella y los jóvenes recibiéndola, agradecidos.
"Hijo de esta iglesia es el obispo Marcelo (Colombo), quien me acompañó siempre en el camino, un hermano entrañable que hace casi nueve años fue consagrado en esta misma plaza por el obispo Luis, quien también me acompaña. Marcelo: en la unción de esta noche vienen con vos como obispo de La Rioja el pelado Angelelli, y sus compañeros mártires. Los trajiste en tu abrazo fraterno que nos recuerda que "hay que seguir andando", "con un oído en el pueblo y otro en el evangelio", hijos de la iglesia martirial latinoamericana, la iglesia de Romero de América, de Carlitos Mujica y de tantos que dieron su vida por el Reino y que resplandecen esta noche de manera indeleble".

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