Fue el 29 de marzo de 1962, cuando la junta militar que integraban R. A. Poggi, A.R. Penas y C.A.Alsina derrocó al presidente constitucional, el doctor Arturo Frondizi.
Fue un golpe de Estado con ribetes absurdos y tragicómicos.
Frondizi había asumido la presidencia con el peronismo proscripto.
La realidad es que los militares le hicieron al gobierno de Frondizi una enorme cantidad de planteos y en uno de esos, le impusieron al ministro de Economía, Alvaro Alsogaray (aquel que se hizo famoso por la frase "hay que pasar el invierno").
Para las elecciones de 1962 Frondizi quería descomprimir la relación con la oposición, los sindicatos presionaban por la situación económica.
La jugada fue permitir que el peronismo participara de las elecciones. El resultado fue catastrófico para el gobierno nacional, ya que perdió en diez provincias incluso en Buenos Aires.
Los militares le exigieron que solucionara la cuestión y Frondizi mandó interventores a las provincias para cambiar a los gobernadores.
Once días después los militares le dijeron al presidente que debía dejar el poder. Frondizi dijo que no iba a renunciar, tampoco se suicidaría ni se iría del país.
Fue trasladado a la isla Martín García.
El presidente del Senado, José María Guido, juró como presidente ante la Corte Suprema de Justicia.
Guido pudo mantenerse pero debió obedecer lo que decían los militares que le impusieron el gabinete, con Alsogaray, Federico Pinedo, Roberto Aleman y Alfredo Martínez de Hoz.
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