Seguramente el lunes en Mar del Plata, Alan Alegre estará en la zaga de Aldosivi, ante la lesión de Parnisari. Y esta situación amerita un comentario: la actual comisión directiva tendría que remarcar "la herencia recibida" por más que hayan pasado más de 20 meses de gobierno. Porque entre esa terrible mochila, que obligó a la convocatoria de acreedores, está la descapitalización del plantel Cervecero de futbolistas formados en la cantera, entre ellos precisamente Alan Alegre, como también Leonel Bontempo, Matías Pérez Guedes, Matías Morales y Sergio Hipperdinger. En todos los casos quedaron libres por falta de pago, y Quilmes se perdió elementos que seguramente hoy serían la base de la defensa, el sector quilmeño que más sufre las consecuencias en lo deportivo. ¿Acaso imaginar una defensa con Alegre, Bontempo, el único que quedó del semillero, Tomás López...?
No sólo Quilmes perdió "alegremente" este capital futbolístico sino que los jugadores iniciaron acciones por falta de pago y están en la lista de los acreedores que verificó la justicia en la convocatoria.
Este es uno de los tantos desaguisados que dejó al directiva que abandonó el barco aquel fin de julio de 2017 y más allá de los errores que se pudieron haber cometido en la convocatoria de técnicos, armado de plantel, etcétera, esa misma comisión directiva que huyó dejó el tendal con el "empresario" Luis Andreuchi, que armó otro plantel fantasma y que tuvo su mayor énfasis en la incorporación del arquero chileno Lucas Giovini, con una opción de 900 mil dólares, de la que hizo uso el día anterior a las elecciones el presidente saliente, Andrés Meiszner.
¿Qué pasó con todo el dinero que AFA envió a Quilmes en la época "grondoniana", con Aníbal Fernández como presidente con licencia por su labor política en el gobierno de CFK, y que misteriosamente quedaba en el camino -se habló de cuevas financieras, con cambios de cheques que dejaban migajas en el club- para que finalmente la deuda del club llevara a un pasivo al rojo vivo?
Quilmes pelea dia a día, como lo señala el presidente Marcelo Calello para ganar el difícil torneo económico. El deportivo depende de que la pelota entre o no, que los jugadores se inspiren como ocurrió con los Brown, el de Madryn y el de Adrogué, o que aparezcan planchados y desconcertados como en los encuentros con Flandria, Ferro y la lepra mendocina.
Así las cosas no debe sorprender el presente deportivo del decano del fútbol argentino. En los últimos años no pudo, no supo, no quiso, como se quiera retener futbolistas que hoy le rinden a otros clubes. Sin ir más lejos, revisando el plantel de Aldosivi, los nombres de Quiles, Telechea, Alegre, Pitu González y el propio Chávez -que fue al club de "la feliz" por mucho más dinero que el que le ofrecía el Cervecero- pero también hay que hablar de Sebastián Martínez en Morón, Canelo en México, Adrián Calello en Huracán, Benítez en el Niza de Francia, Cauteruccio en México... y siguen los nombres por doquier.
Hoy todas las baterías están puestas en sostener lo económico, lo deportivo depende del plantel, del cuerpo técnico, de los imponderables, aunque siempre se corre con la desventaja de no poder contar con la jerarquía que muestran otros equipos.
Vale entonces esperar que en estas 6 fechas que restan el Cervecero queme las naves, con lo que tiene como capital futbolístico, muy poco teniendo en cuenta lo que pudo haber tenido si alguna vez directivos que inflaban el pecho hubiesen pensado más en el club que en lo personal.
Hoy hay que remarla en un mar encrespado. El lunes Mar del Plata será el escenario... Y cuando se vea a Alan Alegre con la camiseta del Tiburón, habrá que recordar que el club lo dejó libre desprendiéndose de un capital que hoy no le puede dar dividendos.
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