Fue el 1 de febrero de 1930, en Ramos Mejía: nacía María Elena Walsh, escritora, poeta, dramaturga, cantaautora, compositora, sin duda la gran juglaresa de Buenos Aires como solía llamarla el periodista peruano Hugo Guerrero Marthineitz.
María Elena, quien murió el 10 de enero de 2011, seguramente tendría su mirada especial de este tiempo de incertidumbre que se está viviendo, donde como solía sintetizar Discépolo se puede a la Biblia junto al calefón.
El escritor Leopoldo Brizuela ha dicho que lo escrito por María Elena "configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a la Alicia de Lewis Carrol o a Pinocho, una obra que revolucionó la manera en que se entendía la relación entre poesía e infancia".
María Elena no solo fue poeta y cantautora para los chicos sino también tuvo sus obras para reflexión de los grandes.
No hay que olvidar que ella tenía quince años "cuando el que jedi salia al balcón", y fue marcada por el peronismo que llegó a la historia política argentina en 1945, es decir, ya lleva más de siete décadas con todos sus avatares y matices de lo que es un movimiento como el justicialista.
Para los chicos el emblema es la tortuga Manuelita, la que vivía en Pehuajó y a París quiso ir, pero también las aventuras de Doña Disparate y Bambuco, el Reino del Revés, Canción para tomar el té, La reina Batata, Canción de cuna para gobernante, La vaca estudiosa, La canción de la vacuna (El brujito de Gulubú)....
Supo ganarse a los chicos y a los grandes. Desplegó con su pluma un arte de fantasía para los más chicos, pero fue dura y filosa cuando debió definir a los grandes. Alguna vez publicó en Clarín, en plena dictadura militar, un artículo que fue una revolución, hablando "del país de jardín de infantes".
Vale señalar que hacia 1948 integró el movimiento literario de La Plata. Entre 1951 y 1963 formó el dúo Leda y María (junto a Leda Valladares).
Ella fue autora junto a Jairo de aquella canción (Venceremos) que marcó el retorno de la democracia y el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983. Precisamente el presidente Alfonsín la designó para integrar el Consejo de Consolidacón de la Democracia.
Durante toda su carrera publico más de 20 discos y escribió más de 50 libros.
Entre los artistas que difundieron su cancionero merece citarse a Mercedes Sosa, Jairo, Rosa León, Cuarteto Zupay, Luis Aguilé, Joan Manuel Serrat.
Hoy más que nunca se destaca su legado, se resalta su talento artístico y sus convicciones.
María Elena, quien murió el 10 de enero de 2011, seguramente tendría su mirada especial de este tiempo de incertidumbre que se está viviendo, donde como solía sintetizar Discépolo se puede a la Biblia junto al calefón.
El escritor Leopoldo Brizuela ha dicho que lo escrito por María Elena "configura la obra más importante de todos los tiempos en su género, comparable a la Alicia de Lewis Carrol o a Pinocho, una obra que revolucionó la manera en que se entendía la relación entre poesía e infancia".
María Elena no solo fue poeta y cantautora para los chicos sino también tuvo sus obras para reflexión de los grandes.
No hay que olvidar que ella tenía quince años "cuando el que jedi salia al balcón", y fue marcada por el peronismo que llegó a la historia política argentina en 1945, es decir, ya lleva más de siete décadas con todos sus avatares y matices de lo que es un movimiento como el justicialista.
Para los chicos el emblema es la tortuga Manuelita, la que vivía en Pehuajó y a París quiso ir, pero también las aventuras de Doña Disparate y Bambuco, el Reino del Revés, Canción para tomar el té, La reina Batata, Canción de cuna para gobernante, La vaca estudiosa, La canción de la vacuna (El brujito de Gulubú)....
Supo ganarse a los chicos y a los grandes. Desplegó con su pluma un arte de fantasía para los más chicos, pero fue dura y filosa cuando debió definir a los grandes. Alguna vez publicó en Clarín, en plena dictadura militar, un artículo que fue una revolución, hablando "del país de jardín de infantes".
Vale señalar que hacia 1948 integró el movimiento literario de La Plata. Entre 1951 y 1963 formó el dúo Leda y María (junto a Leda Valladares).
Ella fue autora junto a Jairo de aquella canción (Venceremos) que marcó el retorno de la democracia y el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983. Precisamente el presidente Alfonsín la designó para integrar el Consejo de Consolidacón de la Democracia.
Durante toda su carrera publico más de 20 discos y escribió más de 50 libros.
Entre los artistas que difundieron su cancionero merece citarse a Mercedes Sosa, Jairo, Rosa León, Cuarteto Zupay, Luis Aguilé, Joan Manuel Serrat.
Hoy más que nunca se destaca su legado, se resalta su talento artístico y sus convicciones.
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