EL HOMENAJE AL QUERIDO JORGE CAFRUNE


Fue un día como hoy, en plena dictadura militar. Aquel 1 de febrero de 1978, en Tigre, provincia de Buenos Aires, en un confuso accidente perdía la vida uno de los más grandes cantantes que dio la Argentina: el turco, Jorge Cafrune.
En ese tiempo, con su caballo realizaba la ruta de San Martín, un homenaje que debía concluir en Yapeyú pero que se tronchó por ese mentado accidente, al que muchos consideraron un atentado, sobre todo por lo que signicaba el artista y su pensamiento, mucho en esos años.
Cafrune nació en Perico del Carmen, Jujuy, el 8 de agosto de 1937, en la finca La Matilde.
Su padre le trasmitió el amor por la música. En la capital jujeña, cursando el secundario, tomó clases de guitarra con el profesor Nicolás Lamadrid.
Las Voces del Huayra fue el primer grupo folklórico que integró.
Después vino el servicio militar, que determinó que se rompiera el conjunto. Cuando regresó fundó Los cantores del alba.
En 1960 empezó como solista y fue revelación del festival de Cosquín de 1962.
En 1967 comenzó su gira De a caballo por mi patria, llevando su arte a todo el país y al exterior.
Precisamente fue en ese tiempo que conoció a Marito -Mario Perrotta- un chico de eximia voz que lo deslumbró -Marito actuaba en La Tapera, un local del maestro guitarrista Julio Urruty frente a la estación de Bernal- y juntos recorrieron el país y también fueron a España. Esa dupla duró algo más de un año, cuando Marito dijo adiós (nunca se supo por qué).
La historia cuenta que en Cosquín 78 Cafrune cantó Zamba de mi esperanza -sin duda su versión una de las mejores- a pedido del público. Dijo Cafrune que no estaba en su repertorio, pero como se lo pedía la gente la iba a cantar.
El teniente primero Carlos Villlanueva, a cargo del centro clandestino la perla, dijo que había que matar a Cafrune "para prevenir a los otros".
Aquel 1 de febrero comenzaba otra gira a caballo, rumbo a Yapeyú. Un joven, Héctor Emilio Díaz, a bordo de un rastrojero lo atropelló y mató. La causa fue caratulada muerte por accidente y se supo más tarde que la camioneta dependía del ministerio de bienestar social y el conductor nunca pudo explicar qué hacía ene se lugar de Tigre a esa hora (se dijo también que conducía borracho).
Fue hace cuatro décadas que el turco Cafrune saltó a la inmortalidad, su música, su voz, su talento siguen vigentes.
Y en la ley de la sangre, la música también atrapó a su hija Yamila, quien un día se decidió estudiar derecho para recibirse de abogado, porque quería investigar la verdad sobre la muerte de su padre.

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