EL ATLETISMO DE DUELO: MURIO OSVALDO SUAREZ

Ha muerto Osvaldo Suárez, sin duda uno de los más grandes atletas argentinos de todos los tiempos. Tenía
83 años.
El periodista Luis Vinker, de Clarín, lo recuerda como el gran cultor del atletismo de las décadas del 50 y 60, triple ganador sobre fines de los 50 de la tradicional corrida de fin de año en Brasil, la San Silvestre.
Pone a Suárez en la lista de los grandes, y recuerda épocas en que el país era potencia del atletismo, mencionando a ganadores de maratones olímpicas como Juan Carlos Zabala, en 1932, Delfo Cabrera en 1948 y subcampeón olímpico 1952 en Helsinki, el quilmeño Reinaldo Gorno (el polideportivo quilmeño lleva el nombre de Gorno).
Suárez nació en 1934 y comenzó trabajando como cadete en la lavandería de su padre en Wilde.
De casualidad comenzó a correr, tenía 14 años y se inscribió en una prueba de 8 kilómetros organizada por El Indio FC, de Wilde y fue segundo.
Su primer entrenador fue Carlos Boccanegra, en Esperanzas de Sarandí y de ahí fue a Independiente de Avellaneda, con el técnico Gumersindo González.
A los 18 años debutó en el sudamericano de mayores en Buenos Aires y terminó sexto en los 1500 metros.
En 1953 en los 10 mil metros anotó una marca de 31 minutos 38 segundos 8, considerada récord mundial en la categoría sub 20.
Poco después, sigue diciendo Luis Vinker, Alejandro Stirling, quien llevó a Zabala al título olímpico, lo invitó para la gira europea junto al quilmeño Reinaldo Gorno. La base fue Austria y sumaron triunfos y buenas performances.
En 1955 Suárez ganó la medalla de oro en México en los 5 y los 10 mil metros.
Con la Revolución Libertadora el atleta sufrió una gran decepción: las autoridades del Comité Olímpico y de la Confederación Argentina de Deportes lo sancionaron por sus presuntas simpatías con el peronismo. Suárez nunca tuvo participación política.
Dijo que el golpe que le aplicaron los militares fue tremendo e incluso pensó dejar el deporte. Así no pudo estar en el juegos olímpicos de Melbourne.
Cuando le levantaron la sanción volvió el atleta, ganando todo lo que se le puso enfrente. A tal punto que otro quilmeño, el carpintero de la Corte Suprema, Walter Lemos, quien vivió muchos años en Quilmes hasta su fallecimiento, reconocía que se estrella siempre se veía oscurecida por los triunfos de Suárez (Lemos era el eterno segundo de todas las carreras).
Cuando se retiró de las competencias se dedicó a ser entrenador, destacándose por su humildad, su conducta. También estuvo a cargo de las relaciones públicas de la empresa Adidas.
Desde ese puesto realizó un intenso trabajo de promoción del atletismo y entre los logros se cuenta la venida del atleta checo Emil Zatopek -la Locomotora Humana- a la Argentina en 1982. .
Culmina Vinker diciendo de Suárez: convertido en leyenda, nunca abandonó su humildad, los consejos, siempre dispuesto a aportar su experiencia donde se lo requiriesen. Fue un autentico grande, dentro y fuera de las pistas.

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