Independiente igualó 1 a 1 con Flamengo en el mítico estadio Maracaná de Río de Janeiro -en Avellaneda había ganado 1 a 0- y se consagró esta noche como campeón de la Copa Sudamericana de fútbol.
El diablo del técnico Ariel Holan demostró ser el mejor, con un conductor que supo tener personalidad y equilibrio para dar a su equipo la rigurosidad futbolística que lo llevó a este nuevo logro, en el histórico escenario de Copas, que el Rojo supo sumar a lo largo de su historia con el fútbol.
Mérito de Holan que supo capear alguna adversidad -la más dura, la amenaza del barra Bebote Alvarez, hoy preso- y que llevó al Diablo a vivir una noche inolvidable en la fantástica ciudad de Río de Janeiro, alegría que se trasladó a sus miles de hinchas a lo largo y a lo ancho del país, por supuesto con centro en Avellaneda.
En estos momentos se festeja el título logrado en tan buena ley.
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