DEMOCRACIA: APENAS 34 AÑOS ...


Un día como hoy, hace 34 años, asumía la presidencia de la Nación el doctor Raúl Alfonsín, en el retorno de la democracia argentina, después de más siete años de dictadura militar (1976/83).
Aquel sábado de diciembre de 1983, el país era una fiesta. Las elecciones habían sido el domingo 30 de octubre con el amplio triunfo de la fórmula Raúl Ricardo Alfonsín-Víctor Martínez, de la Unión Cívica Radical sobre la dupla justicialista, Italo Argentino Luder-Felipe Deolindo Bittel.
Para muchos fue sorpresa el resultado, porque parecía que el justicialismo volvería al poder tras el golpe militar del 76, sin embargo la mayoría se inclinó por la propuesta radical (algunos sostienen que el peronismo cometió errores que le costaron el triunfo, como aquel despropósito del dirigente sindical Herminio Iglesias, quemando un cajón radical).
Lo cierto es que volvió la democracia, la división de poderes, las instituciones... El presidente Alfonsín se apoyó en el preámbulo de la Constitución Nacional para definir su política, que puso el énfasis en el juicio a las juntas militares, un hecho inédito en el mundo, con la creación de la Conadep (Comisión Nacional de desaparición de personas), que integraron notables y que realizó una investigación intensa sobre los crímenes de la dictadura, la violación de los derechos humanos, las desapariciones, etcétera, que conmovieron al país y al mundo. El Nunca Más fue el resumen de todo ese histórico trabajo de investigación y de comprobación de los crímenes de lesa humanidad.
Alfonsín ganó la batalla política, y quedó en deuda con el combate económico, que finalmente le costó tener que dejar el poder antes, a mediados de 1989. En ese tiempo los presidentes duraban seis años en el cargo.
Llegó el tiempo del doctor Carlos Menem, la revolución productiva, las privatizaciones, etcétera, y por qué no, una cuota de corrupción que recién fue advertida después.
La reforma Constitucional de 1994, en base al Pacto de Olivos, entre Alfonsín y Menem, acortó los plazos presidenciales a cuatro años, con la posibilidad de una reelección, por lo que Menem gobernó hasta 1999, cuando llegó el turno de la Alianza y el presidente Fernando De la Rua.
No fue una etapa "tranquila", porque la prematura renuncia del vicepresidente, Carlos Chacho Alvarez, con denuncias de sobornos a legisladores para votar determinadas leyes -la famosa Banelco- aceleraron el efímero paso de un presidente que se puso de espaldas a la realidad, y terminó renunciando en medio del caos de diciembre de 2001.
Hubo sucesión de presidentes en pocos días, entre otros el quilmeño Eduardo Oscar Camaño por 24 horas, hasta que llegó el tiempo de Eduardo Duhalde. Tampoco las tuvo todas consigo, acelerando los tiempos los hechos del 26 de junio de 2002 con el asesinato de los jóvenes Kosteki y Santillán por la policía bonaerense en la estación Avellaneda, hoy llamada Kosteki-Santillán.
En el 2003, el elegido de Duhalde para gobernar al país, Néstor Kirchner, llegó al poder con apenas el 22 por ciento de los votos (el otro candidato Carlos Menem lo había superado por escaso margen, pero no quiso recurrir al balotage temiendo una segura derrota por el descrédito que tenía en ese momento el riojano).
El 25 de mayo de 2003 comenzó el gobierno de Néstor Kirchner, seguido en el 2007 por el de su esposa, Cristina Fernández, quien fue reelegida en 2011, debiéndose recordar que Néstor Kirchner falleció imprevistamente el 27 de octubre de 2010, lo que facilitó que los votantes se inclinaran por un segundo mandato.
En 2015, llegó el momento del actual presidente, Mauricio Macri, quien precisamente hoy está cumpliendo dos años de gobierno en el día de la fecha.
Son apenas 34 años de democracia, muy pocos para un país, una república, una Nación que pretende alcanzar el equilibrio. Mucha agua ha corrido bajo los puentes y mucha más deberá correr para que la Argentina de la democracia y de la justicia social, con el menor porcentaje de pobreza posible -una deuda que tienen los gobernantes para saldar- alcance el futuro de grandeza que merece, por la riqueza humana y potencial que tiene a lo largo y a lo ancho del país.
Para eso, en esta fecha de reflexión democrática, habrá que pensar alguna vez desde el gobierno que el futuro se construye, corrigiendo los errores del pasado, fortaleciendo el presente, y mirando hacia adelante pensando en el bienestar de todos y no de unos pocos.

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