HAIRSPRAY, UN ORGULLO QUILMEÑO


Sin duda, la comedia musical Hairspray ha encontrado en el grupo Mimesis la representación ideal para deslumbrar a propios y extraños.
Hoy se pudo apreciar esa admirable propuesta, que encabeza el talentoso Nicolás Marini, en dos funciones en la Biblioteca Moreno de Bernal.
Una importante pléyade de jóvenes artistas, acompañados por otros experimentados, dieron vida a una historia en lenguaje musical, que sacudió al público de sus sillas, para aplaudir las distintas coreografías que se fueron dando a lo largo de 100 minutos de entrega, esfuerzo y talento por doquier.
La historia de la joven Tracy, discriminada por razones de peso y estética, en la ciudad de Baltimore en los 60 se constituye en la columna vertebral de una propuesta, que ensambló riqueza artística por doquier.
Como suele decir un hipersatisfecho Nicolás Marini -también importante en los talleres barriales de la Municipalidad de Quilmes- los chicos y los artistas dieron en el escenario todo y mucho más para que el espectáculo -repetimos, en dos funciones en este domingo de noviembre- merezca un diez de calificación.
NdelR: Tanto Rocío como Aylén -que interpretaron a Tracy, la protagonista, una en la primera función y la otra, en la segunda- al igual que Nicolás y Delfina estuvieron el pasado viernes en el programa Cultivos de Quilmes y cantaron a capella la canción No puedo parar, que significa el cierre del espectáculo y que encierra en su letra todo el espíritu y el mensaje de Hairspray. Un enorme orgullo para Cultivos... de haber disfrutado de este pequeño anticipo.

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