DIARIO DE VIAJE.... MUSICA EN EL KURSALON

En Viena los Menescaldi -hermanos y cuñados- tuvimos posibilidad de disfrutar de un programa de música clásica en el hermoso Kursalon, poniendo el énfasis en obras de Johann Strauss y Wolfgang Amadeus Mozart.
El Kursalon fue construido entre 1865 y 1867 por Johann Garben, al borde de un parque en estilo renacentista italiano, siguiendo el espíritu del historicismo. Si bien en un principio se utilizaba como salón para tomar aguas medicinales, los vieneses conquistaron pronto este maravilloso edificio. Los bailes y conciertos al aire libre, numerosos de ellos dirigidos por los propios Johann Strauss y su hermano Eduard, llenaron la casa con un ambiente impregnado por el vals y la alegría de vivir.
Strauss, famoso por su Danubio Azul, inició su carrera en 1844 debutando con tremendo éxito tocando con su propia orquesta en el Casino Dommayer del noble barrio Hietzing de Viena. Empezó con una marcha triunfal sin parangón que acabó llevándole, también junto con sus hermanos Joseph y Eduard, al Kursalon de Viena.
Las grandes giras de conciertos que hizo a partir de 1856 por toda Europa y el viaje a América en 1872 desataron una auténtica "histeria por Strauss".
Su popularidad era incomparable, impresionado por las operetas de Offenbach, él empezó a componerse sus propias obras de escenario, en un gran piano, manufactura de pianos Bosendorfer.
Ello hizo que el vals y otros bailes como el galop, la polca, la marcha y la csardá pasaran a ser parte integrante de la opereta vienesa. La era dorada de la opereta vienesa alcanzó su apogeo con El murciélago (1874) y El barón gitano (1885).
De Mozart se habló bastante en este diario de viaje, ya que Viena es él. Evidentemente su personalidad y su música irradian una fascinación inalterada hasta hoy como no lo logró ningún otro compositor.
Su padre, Leopold, su mentor y maestro, le enseñó a tocar el violín a la temprana edad de tres años. Hizo sus primeras composiciones en 1761. Realizó numerosos viajes, entre otros tres a Italia, que en aquellos tiempos era el país musical por excelencia. Entre 1769 y 1781 ocupó el cargo de concertino en el palacio arzobispal de Salzburgo.
Una disputa con el arzobispo Colloredo lo llevó a Viena. A pesar de morir muy joven, la obra fue profusa con piezas de distintos géneros, como música eclesiástica, óperas, operetas y otras obras de teatro, música de ballet, arias de concierto, canciones y cánones, bailes, sinfonías, divertimentos, serenatas y música de cámara para los más diferentes repartos, así como conciertos y sonatas.

LA FUNCION

En este hermoso Kursalon la orquesta dirigida por el violinista Fabian Wieser interpreta un variado programa bajo el título de Sound of Vienna. Intérpretes de violín, viola, violoncello, contrabajo, flauta, klavier, schlagwerk, clarinete, trompeta, corno deleitan a la audiencia con estas obras:  Vergnugungsug, polca, op. 281, de Johann Strauss; Freut euch des lebens, walzer, op. 340, Johann Strauss; Kunsterleben, walzer, op. 316, Johann Strauss; Rondo alla turca aus der Klaviersonate A-Dur, KV 331, Mozart; Champagner Galopp, op. 14, ballet, H.C. Lumbye; Light Cavairy, obertura, Franz von Suppé; Elne kleine Nachtmusik, KV 525, Mozart; Duet from the operetta Viennesse Spirit, Strauss; On the beautiful blue Danube, waltz opus 314, Strauss.
Asimismo el espectáculo se completa con fragmentos de óperas (Don Juan, Figaro), una pareja de baile, un tenor y una soprano.
La multitudinaria concurrencia -turistas de todas partes, muchos chinos por cierto- colmaron las instalaciones y rubricaron con cálidos aplausos la propuesta de los artistas, conducidos por un simpático director, con el punto culminante, como no podía ser de otra manera, con el mítico Danubio Azul, con el que todos nos vamos tarareando esa música de vals, que hace recordar fiestas, cumpleaños, casamientos, los quince...
Viena es el vals, la música clásica, Mozart, Strauss... algo que se respira por doquier.
Pero la cita con la ciudad no se termina aquí. En la próxima página, el recuerdo de Sisi, que popularizó el cine con Romy Schneider.

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