DIARIO DE VIAJE... HOMENAJE A DON MARIO

La noche de Innsbruck, después de la cena, en el hotel fue la prueba de fuego para la fortaleza de los Menescaldi: nos enteramos que había muerto Don Mario Hertig, el papá de Liliana y suegro de Ricardo.
El golpe fue duro, porque estábamos embarcados en la estudiantina universitaria que ese día nos había llevado a recorrer la hermosa ciudad tirolesa.
Hubo que ser fuertes ante la noticia, poner bajo prueba, vale repetirlo, nuestra fortaleza y en una ceremonia profunda e intensa, con manos entrelazadas, una oración fue el instrumento para rezar por el eterno descanso del alma de un tipo como don Mario, un hermoso ingeniero, de esos irrepetibles que tanto necesita nuestro país y el mundo.
Un hombre que llevaba en su sangre savia tirolesa -aunque la ascendencia iba para el lado de Suiza, tierra de relojes y chocolates, cantones e idiomas- y que bien valía la pena escuchar por su espíritu docente y su vocación por el prójimo.
Liliana y Ricardo pudieron cambiar los pasajes de vuelta y a primera hora de la mañana siguiente tomaron el avión de regreso para despedir al padre y suegro ejemplar. En todo caso, don Mario, quiso irse para encontrarse con su amada esposa, Chocha, quien había partido tiempo antes. Un matrimonio de los de antes, con muchísimos años de estar juntos, que volvían a encontrarse en el cielo.
El mejor homenaje a don Mario fue recordar su impronta. Y en esta navegación por las páginas de Internet valió la pena descubrir un blog, en el que don Mario proponía reflexionar.
Varias notas del año 2010, entre ellos un artículo que alguna vez se publicó en el diario El Sol de Quilmes, sobre Radiografía del cero.
Pero antes de mencionarlo, cabe detenerse en otro artículo sobre el espíritu navideño. Recuerda Mario que "cuando llegaba Nochebuena, nuestra madre, siguiendo una costumbre europea que aun no había llegado a nuestro país, preparaba el arbolito de Navidad con sus pequeñas velas encendidas, el pesebre y los juguetes que traía Papá Noel y nos leía la porción de Lucas 2, 8-14 en la Biblia Reina-Valera. Fue nuestro primer contacto con la Biblia.
"La Biblia Reina-Valera tiene un lenguaje especial, casi diríamos musical que más que castellano antiguo o castizo, llamaríamos bíblico. Quienes iniciaron sus lecturas bíblicas con la versión Reina-Valera muchas veces la añoran, como cuando leen el pasaje citado que finaliza con el versículo 14 que dice: Gloria en las alturas a Dios, en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.
"Años después en un viaje pasamos junto a un monumento a Jesús que tenía en su base la inscripción "Paz en la tierra a los hombres de buena voluntad". Pensamos que se trataba de una mala transcripción, pero verificamos que así decía la Biblia católica. Más tarde notamos que una traducción equivalente adoptaba la versión Dios Habla Hoy y lo mismo encontramos en una vieja Biblia francesa. En cambio, en una antigua Biblia inglesa encontramos una traducción equivalente a Reina-Valera. Finalmente, buscamos la versión de un pionero de la evangelización en Argentina. Don Pablo Besson, quien tradujo  "... sobre la tierra paz, a los hombres benevolencia" (equivalente a la versión Reina-Valera) y aclaraba que no es correcta la otra traducción.
"En un caso el versículo tiene dos frases y las buenas nuevas están dirigidas solo a los hombres de buena voluntad. En el otro el versículo tiene tres frases y la buena voluntad del Señor es para todos los hombres, más acorde con el universitario del evangelio de Lucas. No tenemos elementos para verificar cual traducción  es correcta pero confesamos que nos agrada más la de Reina-Valera que se dirige a todo el mundo sin distinción.
"Muchos afirman que la Pascua es la fecha más importante del Cristianismo, pero es evidente que la más trascendente es la Navidad, pues trasciende los límites de las iglesias y de los creyentes. Cuando se acerca la Navidad pareciera que soplara un aire especial, una suerte de espíritu navideño que inunda el ambiente y hace que todos, en mayor o menor grado, se acerquen más a Dios. Podrán criticarse muchos festejos de Navidad que distorsionan el espíritu navideño o los excesos que puedan cometerse o que el arbolito sea de origen pagano, pero por doquier se escuchan las clásicas melodías navideñas y los villancicos, se adornan los salones y las casas, se reúnen las familias, se expresan deseos de felicidad.
"Es reconfortante la trascendencia que le dan a la Navidad las iglesias cristianas cuando se escuchan las clásicas canciones navideñas que muchos conocen y se ofrece un mensaje cabalmente navideño. A las iglesias les cabe un papel importante en las celebraciones de Navidad y deben comprender esa predisposición especial de muchos a sumergirse en el espíritu navideño a pesar de no ser verdaderamente creyentes. Como en ningún otro momento la celebración debe centrarse en el nacimiento de Jesús, entonando hermosos himnos navideños y predicando el mensaje de fe, de esperanza, de amor y de paz que proclamaba la multitud de los ejércitos celestiales y que tanto necesita la humanidad".

RADIOGRAFIA DEL CERO

En este artículo Mario Hertig habla del número cero y sus características. "El diccionario define al cero como el número que expresa la ausencia de unidades o sea nada. Y a continuación agrega: cero a la izquierda, ser inútil o no valer para nada. Un cero en el boletín de calificaciones no es recomendable. Hasta aquí todo parece negativo, sin embargo el cero tiene muchos puntos positivos.
"El número cero fue ideado probablemente por los hindúes y se le atribuye al célebre matemático y astrónomo indio del siglo VII Brahmagupta, de haber ideado el concepto y el símbolo del cero, ya que esta idea aparece por primera vez en una de sus obras. El cero fue introducido en Europa por los árabes hacia el siglo XII, por medio del matemático italiano Leonardo de Pisa (Fibonacci, 1170-1240). Sin embargo, el concepto de cero como nulidad debe haber existido desde tiempos inmemoriales. Lo que introdujeron los árabes fue la numeración decimal posicional, donde para pasar de unidades a decenas y centenas, etcétera, se agregan ceros a la derecha. Los números romanos, también decimales pero sin ceros ni estructura posicional, fueron desplazados y se refugiaron en los relojes públicos, los siglos y las placas conmemorativas.
"El cero indica el inicio de muchas secuencias pero a veces se lo ignora. La numeración de los pisos de un edificio comienza con el número 1 y al piso inicial se lo designa como planta baja, sin embargo en la plaqueta de los ascensores se lo indica con un cero. Las medidas en general comienzan con cero, sean longitudes, superficies, etcétera, pero no sucede lo mismo con la temperatura.
A principios del siglo XVIII Fahrenheit, Reaumur y Celsius colocaron el cero de sus termómetros en sitios más o menos arbitrarios hasta que Lord Kelvin puso el cero en su lugar, sin embargo en la práctica solo se usan las escalas termométricas clásicas.
"Las horas, minutos y segundos comienzan en cero, pero los días, semanas y meses, no. Los años merecen un comentario especial porque el cero no indica el comienzo del tiempo y se duda de la existencia del año cero. La llegada del tercer milenio reavivó la polémica porque no se pudo establecer con certeza si el mismo existió o no. En el año 532 el monje Dionisio el Exiguo estudió el calendario juliano a pedido del papa Juan I a fin de adaptarlo a la era cristiana y aunque hoy se supone que Jesús nació aproximadamente en el año 6 AC, el inicio de la era cristiana no se modificó.
"Quienes niegan la existencia del año cero alegan que el signo cero no existía en esa época y que no se conocen eventos ocurridos en el año cero. En cambio, ciertas coincidencias como el hecho de que en el calendario juliano la secuencia de pascua se repitiera cada 532 años (resultado de la combinación de los ciclos lunares cada 19 años y solares cada 28) permiten suponer que Dionisio el Exiguo inició el calendario, acaso inconscientemente, en el año cero. Por otra parte, los números áureos parten del año cero y el calendario astronómico exige que exista el año cero (para medir lapsos entre las dos eras) aunque difiera en un año con el calendario cronológico en la era anterior a la cristiana. Al igual que en los últimos siglos, el 1 de enero de 2000 celebró con bombos y platillos el advenimiento del nuevo siglo (y en este caso del nuevo milenio), pero quedó la duda sobre la existencia del año cero. Haya existido o no, el año cero fue un hito en la historia de la humanidad, que separó dos eras, AD y DC, antes y después de Cristo.
"Los siglos se numeran a partir del I, pero quizá hubiera sido mejor comenzar con el siglo cero, en cuyo caso cada siglo se corresponderá con los años, así el siglo 19 comprendería los años 1900 a 1999 e igualmente los restantes. Los italianos cuando estudian el Renacimiento se refieren al quattrocento o al cinquecento para mencionar eventos de los años 1400 ó 1500 y uno se ubica mejor en la época.
"La numeración de las calles de nuestras ciudades es mucho más racional que las de Europa, Nueva York o Japón. Sin embargo, a veces una cuadra termina en el 500 en lugar del 499 y los carteles indicativos mencionan "400-500" en lugar de "400-499". El mojón Km 0 marca el inicio de las rutas del país y un 0 Km, así con el cero a la izquierda, es una sentida aspiración de muchas personas.
"En las operaciones aritméticas el comportamiento del cero es errático. En la suma y en la resta el cero no modifica la situación. En la multiplicación anula y en la división por cero tiende a infinito. La potencia cero nos da 1 y el logaritmo de cero tiende a menos infinito. En la secuencia de los números, el cero es un mojón que separa los números naturales de los negativos y lo mismo ocurre en las coordenadas cartesianas.  En Electrotecnia el cero suele indicar el retorno o el centro de la estrella. En Economía la inflación suele medirse en porcentajes, pero cuando esta se desborda debemos acudir a los ceros, como sucedió cuando quitamos 13 ceros al peso.
"Con el progreso científico y la informática, el cero adquiere mayor importancia. Ya en el siglo XIX el número de Avogadro expresado con la potencia 23 nos indica que necesitamos muchos ceros para escribirlo. En telefonía para el llamado internacional se utilizaba el triple cero, luego con la automatización aparecieron el doble cero precediendo el número del país o al cero precediendo al de la ciudad y el gratificante 0800 que nos permite hablar gratis.
"La globalización de los registros exigió el agregado de ceros para uniformarlos, mucho de ellos a la izquierda, por ejemplo aparecen matrículas que comienzan con cero. A las cuentas bancarias ya no les alcanza con 3 ó 4 cifras y unidas al CBU tienen muchas más con unos cuantos ceros intermedios.
Los códigos de barras que identifican las mercaderías y otros elementos son muy extensos y como ejemplo mencionamos una factura de un servicio público, cuyo código tiene 46 números, 18 de los cuales son ceros.
"Pero la mayor jerarquización del cero la encontramos en la numeración binaria que permitió el desarrollo de la computación con sus infinitas proyecciones. En el sistema binario solo se necesitan dos números, el cero y el uno. Los demás números ya no interesan y solo aparecen cuando se traducen los problemas a nuestra numeración decimal que algunos pronostican que en un tiempo no lejano será considerada obsoleta".
Hasta aquí la exquisita pluma del ingeniero Mario Hertig, un hombre irrepetible que dejó su impronta.



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