DIARIO DE VIAJE... EL PARLAMENTO

Cuando éramos chicos "nos mandaban a Berlin" para cumplir una prenda en los juegos que ensayábamos, y ahora estamos en la ciudad alemana que nos sorprende a cada paso, mezclando historia y modernidad por doquier.
La visita al Museo de Pérgamo, que incluye tres museos en uno -la colección de antiguedades clásicas, el Museo del Antiguo Oriente Próximo y el Museo de Arte Islámico- sirve para recorrer aspectos de la historia de los pueblos de la humanidad. Y si bien el alemán resulta un idioma indescifrable -aunque de a poco aprendemos algunas palabras, como heute por hoy, herren por caballeros y damen por damas, estas dos últimas fundamentales para abonar los 50 centavos de euro que significan entrar a los sanitarios, atravesando molinetes- con el inglés básico y el audio guía en un español bien castizo vamos aprendiendo aspectos de lo que ofrecen estos sitios de historia. Para alegría de todos, hermanos y cuñados, aunque Liliana, y su pasión por la historia, es la que más los disfruta.
El Museo de Pérgamo integra el complejo de la isla de los Museos. Fue construido en 1930 y el edificio no fue construido para albergar obras de arte sino que primero se trajeron las obras y luego se construyó el edificio. De ese modo las auténticas maravillas son las paredes y las columnas del Museo.
Las zonas más importantes están dedicadas al Islam, Roma, Grecia y el período helenístico, la Mesopotamia y el Próximo Oriente.
En cuanto a las principales atracciones vale mencionar a la Colección de antiguedades clásicas, el Museo del Antiguo Oriente Próximo y el Museo de Arte Islámico.
Atracciones: el altar de Zeus de la ciudad de Pérgamo, la puerta del mercado de Mileto, la fachada de Mushatta y las estatuas helenísticas del Espinario.
El Museo del Antiguo Oriente Próximo tiene como centro la Puerta de Istar de Babilonia, la vía procesional, un modelo de la torre de Babel y una copia del mítico Código Hammurabi.
Y el Museo de Arte Islámico tiene como atracción el salón de Alepo y muros decorados con cerámicas como los nichos de oración de Konya (Turquía).
Pero en este día la cita principal apunta al Parlamento, palabra que suena maravillosa para quien como taquígrafo fatigó más de cuatro décadas en el Congreso de la Nación, con los vaivenes de las etapas democráticas y de las otras, con parodia de Legislatura, armada por los militares del proceso.
La visita a la cúpula del Parlamento alemán tiene su encanto, porque ensambla realización de ingeniería y arquitectura con vistas maravillosas y panorámicas para disfrutar de Berlín centro desde las alturas.
Hablando de historia vale mencionar que el Parlamento alemán está ubicado en el edificio del antiguo Reichstag. Durante la segunda guerra mudnial fue destruido y fue restaurado y remodelado a fines del siglo XX para que aparezca el nuevo Parlamento alemán, con un país reunificado tras la caída del muro de Berlín (un muro que merece un capítulo aparte en estas crónicas de viaje).
Cabe recordar que Adolf Hitler en 1933 disolvió el parlamento y llamó a elecciones. Una semana antes de las votaciones se incendió el Reischtag y Hitler, acusando a la oposición comunista y socialdemócrata del siniestro, promulgó leyes de excepción, eliminando y persiguiendo a los adversarios políticos.
El Bundestag hoy es el órgano federal supremo legislativo de Alemania. El Parlamento decide las leyes federales, elige al canciller del país y controla el trabajo del gobierno. Es el sucesor del Reischtag.
Uno de los atractivos del edificio es la cúpula, obra del arquitecto Norman Foster, que procura simbolizar la reunificación de Alemania.
Es una cúpula de vidrio construida en lo alto del Reichstag. Desde la cúpula se tiene una visión especial de Berlín, lo que la convierte en un punto de referencia.
La cúpula está hecha de vidrio, con vista de 360 grados al paisaje urbano que la circunda. Por debajo de la cúpula se puede ver la cámara de debates del Parlamento.
Un cono reflector en el centro de la cúpula dirige la luz solar al interior del edificio.
Durante la visita, avanzando por rampas en espira hechas en acero, que circundan la figura de una doble hélice, se pueden conocer datos (audio guía en español mediante) del trabajo del arquitecto Foster.
La cúpula se pensó protegiendo el medio ambiente. El diseño contiene el uso de la luz solar, que brilla desde los espejos del cono de la cúpula, con el objetivo de reducir las emisiones de carbono del edificio.
El diseño de Foster es futurista y es un hito único que representa el fin de apartar a Berlín de su pasado de la Alemania nazi y el comunismo, poniendo el acento en un país democrático y unido.
Como se ve, el presente, el pasado y el futuro se fusionan en una Alemania que hoy puede ser considerada, además de faro del primer mundo, como el país más poderoso de Europa. Pero eso no significa dejar de lado lo que pasó, como ese muro que durante 28 años separó a las Alemanias, del este y del oeste, y que amerita una nueva crónica de este apasionante viaje con hermanos y cuñados, con cerveza y chucrut, y con la familia que siempre dice presente. Y coincidentemente con esta visita, con el cumpleaños de Guille, la celebración tiene más burbujas que de costumbre. Un médico a la derecha, por favor, como diría Raúl Alfonsín. !Qué tal!

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