DIARIO DE VIAJE... DRESDEN BOMBARDEADA


Dejamos Berlín y en tren nos trasladamos a Dresden, como paso previo para llegar a Praga.
Los trenes alemanes se destacan por su comodidad, velocidad y precisión. Señalan todos los datos para el pasajero en cuanto a las estaciones, la velocidad del convoy, hora prevista de llegada, etcétera.
Dresden es otra de la ciudades del país germano que debió ser reconstruida, tras la destrucción por los bombardeos.
Dresden hoy es un fundamental nudo de transportes y a la vez, un centro económico de gran importancia.
Curiosamente el valle del Elba en esta ciudad fue declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco entre 2004 y 2009, sin embargo perdió esa calificación por la construcción de un puente a dos kilómetros del centro histórico. Fue el primer lugar en Europa y el segundo en todo el mundo en perder dicha condición.
En 2015 la ciudad fue galardonada con el premio de Europa, distinción que se otorga a los municipios que hacen notables esfuerzos por la unidad europea.
En lo que hace a la historia y el bombardeo de Dresde ocurrió casi sobre el final de la segunda guerra mundial.
Lo llevaron a cabo la Royal Air Force británica y las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos.
Los ataques sucedieron entre el 13 y el 15 de febrero de 1945, dos semanas antes de la capitulación de la Alemania nazi.
En estos ataques entraron en acción más de mil bombarderos pesados, que dejaron caer sobre la denominada "Florencia del Elba" alrededor de 4000 toneladas de bombas altamente explosivas y dispositivos incendiarios, arrasando buena parte de la ciudad y provocando una tormenta de fuego que consumió el centro histórico.
En cuanto a las víctimas los números varían, entre 22.700 y 35 mil muertos.  El ataque se toma como uno de los paradigmas de los horrores de la guerra.
Hoy Dresden luce moderna, pujante, mostrando lo que significa para un pueblo recuperarse de semejante atrocidad.
De todas maneras estuvimos poco tiempo en esta ciudad, y un nuevo viaje en tren nos llevó a Praga, la capital de la República Checa. Pese a ello se pudo visitar las catedrales católica y luterana.
El tren que nos lleva a Praga serpentea el río Elba, con el paisaje de las montañas, valles, el verde, sin duda con una belleza singular.
Praga es todo un desafío, la ciudad nada menos que de Franz Kafka. Una ciudad para disfrutar por doquier, con una paleta variopinta de propuestas, que amerita el próximo capítulo de esta apasionante aventura de los Menescaldi.
Liliana y Ricardo, Marita y Guillermo, Jorge y Virginia, y este periodista vamos cargando nuestras alforjas de cultura universal, agradeciendo a Dios la bendición de poder vivir estos momentos.
Mucho más hoy, sábado 30 justamente, en que nació Guillermina, la nieta de Ricardo y Liliana, vale celebrar la vida. Y felicitar a sus papis, Marcela y Tete, su hermanito Santiago, y a todos los Menescaldi que hoy festejamos la buena nueva.


Comentarios