MAÑANA, EN EL ROMA, STABAT MATER


Mañana a las 20 en el teatro Roma, de Sarmiento 130, Avellaneda, se presenta la ópera de Rossini, Stabat Mater, con la Orquesta Sinfónica Municipal de Avellaneda y el Coro del Instituto Municipal de Música de Avellaneda. Director invitado: Armando Garrido. Federica Tebe (soprano); Anahí Fernández Caballero (mezzo soprano); Ricardo González Dorrego (tenor) y Maximiliano Michailovsky (bajo).
Se trata de una obra musical que el compositor italiano Giooachino Rossini creó como secuencia litúrgica en base a versos tradicionales católicos del siglo XIII (la plegaria Stabat Mater) que se atribuyen al papa Inocencio III o al fraile franciscano Jacopone de Todi.
Fue estrenada en la iglesia del convento de San Felipe del Real de Madrid el viernes santo de 1833.
La obra requiere de cuatro solistas -soprano, mezzosoprano, tenor y bajo- coro y orquesta, y tiene diez movimientos o partes: Introducción para coro y solsita Stabat Mater dolorosa; aria para tenor Cujus animam gementem; Duetto para soprano y contralto Quis est homo; aria para bajo y coro Eja, mater, fons amoris; cuarteto para solistas Sancta mater, istud agas; Cavatina para contralto Fac, ut poprtem Christi mortem; aria para soprano y coro Inflammatus et accensus; cuarteto de solistas Quando corpus morietur y final para acoro Amen, in sempiterna saecula, de estilo fugado.
Según cuenta la historia el compositor vivía en la sociedad parisina, en su madurez, en forma holgada, a tal punto que se permitió dejar de componer ópera.
Pero... Rossini se vio tentado. Porque dirigió una representación muy celebrada del Barbero de Sevilla en Madrid, con la presencia del rey Fernando VII. En la función estuvo el archidiácono Manuel Fernández Varela, quien quería tener un manuscrito de Rossini y un Stabat Mater que pudiera rivalizar con el muy famoso de Pergolesi.
Al principio Rossini le pareció que el pedido lo superaba pero accedió porque el prelado era amigo de su protector, Alejandro Aguado.Rossini solo pidió que la obra no se vendiera ni se publicase. A cambio recibió  una tabaquera de oro encastrada de diamantes que le donó Varela.
Rossini inició el trabajo, pero le costaban algunas secciones, por lo que pidió a su amigo y compositor, del Theatre Italien de París, Giovanni Tadolini, que completase la obra.
Pese a la decepción que tuvo el archidiácono Varela, la ópera se estrenó en la iglesia del convento de San Felipe del Real de Madrid el viernes santo de 1833.
Cuando murió Varela, el manuscrito fue vendido a un privado y más tarde a un editor parisino. Rossini se enojó porque no era lo convenido. Pudo recuperar el manuscrito y compuso las partes que había dejado en manos de Tadolini. En ese sentido le dio a la obra un gran sentido de unidad, añadiendo la parte final: Amen, in sempiterna saecula.
La obra completa finalmente se estrenó el 7 de enero de 1842 en la sala parisina de Ventadour con mucho éxito. Más tarde se presentó en Bolonia, dirigida por Gaetano Donizetti.

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