IMAGENES DE LA NOCHE DEL CENTENARIO

Anoche se vivieron imágenes especiales en la nueva presentación de Quilmes en el Centenario ante su gente.
La derrota -perder se transformó en una costumbre, maldita por cierto- dejó prácticamente al Decano del fútbol argentino en el umbral de la primera B Nacional.
Sería un nuevo descenso en la historia del club, con el récord de cinco años seguidos en primera división. El solo hecho de hablar de un lustro continuado en la división mayor da que pensar. Por algo será, dirán algunos. A la hora de buscar causas, hay un combo sin duda, donde el tema económico talla fuerte y el deportivo, también.
No hay que olvidar que este equipo se armó a los ponchazos, con idas y vueltas, con situaciones dignas de Ripley -lo armó el "manager" Andreuchi, quien se tuvo que ir porque ganó una directiva diferente de la tradicional, y la que se fue dejó el tendal...- y con un grupo de futbolistas, que padecieron las mil y unas.
No hay que olvidar lo que padeció Alfredo Grelak durante su dirección técnica, que se consumó y consumió en dos etapas -en el interregno estuvo Broggi con Andreuchi- y que dio lugar a que finalmente agarrara el hierro candente Cristian Díaz, quien nunca pudo enderezar el barco y hoy se siente más descendido que nunca, por más que haya anunciado que mañana se vuelve al trabajo pensando en las tres fechas que faltan: Rafaela allá, Arsenal en el Centenario y Estudiantes en La Plata.

DANTESCO. El episodio que le ocurrió en el segundo tiempo a Matías Orihuela tuvo ribetes dramáticos y preocupantes. Porque el patadón que le dio Iván Furios en la cabeza le produjo convulsiones, debió ser trasladado en ambulancia al Sanatorio de la Trinidad y los partes dicen que se va recuperando.
De todas maneras, en ese momento crucial y dramático, salieron a relucir las mezquindades humanas.
El árbitro Patricio Loustau, que no dirigió bien, pareció verse superado por la situación. Mientras Furios se preocupaba por que el juez no sancionara el gol -era posición offside y fue bien anulado-, desde la tribuna vociferaban los hinchas quilmeños contra "el pelado" Furios, con gritos hirientes y la calificación de "asesino".
Conductas humanas de una sociedad que parece que en una tribuna futbolera desata todas sus pasiones, algunas cuasi irracionales.
¿En ese momento tan dramático, por qué no se suspendió el espectáculo...?¿Y si el chico tenía un desenlace fatal...? En fin...
PD: parece que Instagram el propio Orihuela escribió que había recibido la visita de Furios... De ser así, vale la pena destacarlo porque habla bien del "pelado".

DIAZ... ¿DIAS?  ¿Qué puede pasar con el técnico Cristian Díaz? Muchos no lo quieren, fundamentalmente los simpatizantes. La campaña, los números, el volumen de juego del equipo parecen dar la razón a los críticos.
Ayer, por ejemplo, se equivocó en colocar a Sarulyte de entrada, un defensor muy cuestionado y que no viene rindiendo a satisfacción. Cuando las papas quemaba y el resultado era adverso, en el comienzo del segundo tiempo, puso al delantero Contreras y lo sacó a Sarulyte. El equipo mejoró ostensiblemente y creó numerosas situaciones. Tropezó con "el concejal" Bértoli, la poca eficacia y los males que le vienen aquejando al equipo en todas esta temporada.
Fueron muchas situaciones de gol, un gol anulado -bien anulado-, la lesión de Orihuela y el drama que generó, un futbolista con paperas que no pudo estar, en fin, Cristian Díaz habló de brujerías y dijo que si nos se ganó anoche no se gana más. ¿Habrá que recurrir a una bruja ... como hace años?
Y en cuanto al futuro de Cristian Díaz, como comenzaba esta apostilla, los dirigentes tienen la palabra. El ya habla del corto, mediano y largo plazo. ¿Lo mantendrán en la primera B Nacional?

MARCELO CALELLO. Terminó el partido y el presidente de Quilmes, Marcelo Calello, procesaba en su mente todas las imágenes habidas y por haber. En el palco, parado, frente a un asiento y apartado del resto de la directiva, era un símbolo de la desilusión y la desesperanza. Porque todo el trabajo que se puede hacer, en un club fundamentalmente futbolero, depende de que la pelota entre en el arco. De lo contrario, se sabe lo que sucede. De todas maneras, la directiva desde un principio habló de ganar el campeonato económico -el concurso de acreedores ha sido el único remedio para tratar de curar a un paciente que recibieron en estado cuasi terminal- y con esta política, lo futbolístico siempre estuvo atado a la realidad del club, recibido en las peores condiciones que se puedan imaginar.
¿Pudo pasar por la mente de Calello la idea de patear el tablero...?

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