Nelson David Vivas habrá recordado en el subconciente aquella decisión equivocada que tuvo como técnico de Quilmes, cuando se volvió loco porque un plateista Cervecero lo insultaba y tras un partido, fue a buscarlo y lo golpeó. Esa reacción le costó el cargo en el decano del fútbol argentino.
Ayer promediando el primer tiempo en el estadio Unico de La Plata, el técnico de Estudiantes se volvió loco cuando a su entender el árbitro Silvio Trucco no cobró un penal del arquero Rossi al delantero Pincha, Cavallaro. Vivas se rompió la camisa, se transformó según el periodismo en el increíble Hulk, y se ganó la expulsión del juez. Luego pidió disculpas en la conferencia de prensa, pero el hecho quedó para el comentario.
Nelson David Vivas, el hombre de San Nicolás, que como futbolista se inició en Quilmes y luego pasó por Boca, River, el fútbol del exterior e incluso la selección argentina, otra vez se dejó llevar por la pasión y pateó su profesionalismo al diablo.
Ayer promediando el primer tiempo en el estadio Unico de La Plata, el técnico de Estudiantes se volvió loco cuando a su entender el árbitro Silvio Trucco no cobró un penal del arquero Rossi al delantero Pincha, Cavallaro. Vivas se rompió la camisa, se transformó según el periodismo en el increíble Hulk, y se ganó la expulsión del juez. Luego pidió disculpas en la conferencia de prensa, pero el hecho quedó para el comentario.
Nelson David Vivas, el hombre de San Nicolás, que como futbolista se inició en Quilmes y luego pasó por Boca, River, el fútbol del exterior e incluso la selección argentina, otra vez se dejó llevar por la pasión y pateó su profesionalismo al diablo.
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