QUILMES LE REZA A "SAN PATRON"


Mañana juegan en Paraná, Patronato y Olimpo de Bahía Blanca. Un partido que Quilmes mira de frente y de reojo porque del resultado dependerá saber si por primera vez en el torneo el Cervecero entra en el grupo de los que por promedio descienden.
Recordemos que Arsenal juega en minutos con Independiente y si pierde, estará con el mismo promedio que Quilmes.
En estos momentos Olimpo está dos puntos abajo de Quilmes, lo que significa que si le gana a Patronato lo habrá pasado en el promedio.
Con esta espada de Damocles, que se acerca cada vez más después de siete derrotas consecutivas, el Decano del fútbol argentino vive el peor momento deportivo del torneo. Porque no solo arrastra esta realidad -le dicen ahora 007, o sea 0 victoria, 0 empates 7 derrotas consecutivas y no se trata de James Bond- sino que el panorama que aparece en el horizonte es más oscuro todavía.
Después de la derrota de ayer -insistimos, la séptima seguida- el gran signo de preocupación es tan grande como el estadio Centenario, que curiosamente el próximo martes 25 de abril cumplirá 22 años de su inauguración (fue el 22 de abril de 1995).
La obra del arquitecto Iván Urbán -residente en San Martín de los Andes desde hace años- observa impávida el accionar de este equipo quilmeño, que deja más dudas que certezas. 
Ha habido un cambio de técnico, que por ahora no ha cambiado nada, en todo caso siguió la ruta de la derrota y de la inexpresividad preocupante.
Cristian Díaz ocupó el lugar que dejó Alfredo Grelak y estos dos primeros partidos le han sido adversos, en el resultado y en el juego. Aunque contra Colón no mereció perder, volvió a mostrar el shock que le produce al equipo que le conviertan. Porque el Sabalero llegó una vez en el primer tiempo y fue gol de Vera. Y Quilmes, al que le cuesta tanto generar alguna situación, desperdicia lo poco que produce. Para colmo con el resultado adverso 1 a 0 en Bánfield, Federico Andrada malogró un penal, que pudo haber cambiado algo las cosas, porque en estos momentos aunque sea un punto vale oro.
El viernes llegará al Centenario Talleres de Córdoba, un equipo importante, con jugadores de jerarquía, que volverá a poner al quilmeño en situación de complicación, obligando al técnico a intentar armar lo mejor dentro de lo posible (no olvidar que para ese partido no se podrá contar con los expulsados Ramírez y Escobar).

CINCO QUE NO ESTAN

Cuando se intenta buscar respuestas a tantos interrogantes -¿por qué le pasa al Quilmes AC lo que le está ocurriendo?- hay muchas contestaciones o argumentos que podrían esgrimirse, como la herencia recibida, la pésima gestión de la directiva anterior, los desmanejos económicos, la devastación de la institución, etcétera, pero hay una realidad que pega fuerte y que pasa por lo futbolístico.
En la etapa anterior se desprendieron de cinco jugadores que hoy serían titulares en este equipo, y que presumiblemente le hubiesen dado un rendimiento en resultados mucho más eficaz que la actual formación.
Hablamos de los defensores Alan Alegre -hoy en Aldosivi de Mar del Plata-, Leonel Bontempo -en el fútbol español-, los volantes Matías Morales -está en Almagro-, Lucas Pérez Godoy -en Sarmiento de Junín- y el delantero Sergio Hipperdinger -en el fútbol portugués-.
Cuatro de ellos está en la lista de acreedores verificados por la jueza Ivone Español a cargo del juzgado que sustancia la causa de concurso preventivo del Quilmes AC, y se trata de una deuda millonaria la que reclaman estos futbolistas.
Así las cosas, entonces,  no debe sorprender el presente. En todo caso cuando haya que buscar causantes de este desastre y de este presente que roza el infierno, hay que buscar en aquellos que tomaron el club como un coto de caza y que se fueron dejando el tendal. Cosecharás tu siembra... diría alguno.
Con las migajas que recibieron los actuales directivos tienen que hacer malabares para salir adelante -algo se está haciendo porque pese a todo se incorporaron más de 3000 socios- y deben tener espaldas para soportar todo lo que viene, por más doloroso que sea, incluso ese infierno tan temido llamado descenso. 
Por ahora, hay que rezarle a San Patrón, para que se acuerde del Cervecero y le gane a Olimpo, o por lo menos le empate.

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