Cuando comenzó el ciclo de derrotas de este año de Quilmes, los que imaginaban que Alfredo Grelak finalmente dejaría la conducción técnica soñaban con la vuelta de Facundo Sava al Cervecero como técnico.
Sin embargo, Facundo terminó dirigiendo a Tigre -hoy, justamente, tendrá su debut frente a San Lorenzo en Victoria- y buscará revertir el presente adverso del Matador, que viene de tres derrotas seguidas, las mismas que determinaron que el anterior técnico, Pedro Troglio, dijera adiós porque no se sentía con ánimo y respuestas para revertir la situación.
Curiosamente Tigre tendrá enfrente los mismos rivales que Quilmes, hoy San Lorenzo, luego Racing y más tarde River, sí, ese mismo River que debe estar relamiéndose imaginando que el domingo 9 tendrá un trámite ante el alicaido Cervecero.
De todas maneras Quilmes necesita resolver rápidamente quién será el nuevo conductor tras la renuncia de Alfredo Grelak, y el nombre que se echó a rodar -al menos así lo publica hoy Clarín- es el de Jorge Burruchaga.
Mientras se especula con este nombre (de ser así, ¿estará dispuesto a empezar ante River.. en el Monumental o preferirá esperar que venga el recuperado Colón -ayer le ganó a Belgrano en Córdoba- al Centenario?), vale la pena tratar de digerir lo que pasó ayer en Quilmes.
El Decano ganaba 2 a 0, estaba con un hombre de más y faltaba el segundo tiempo. Y ese segundo tiempo volvió a tomar las características de todos los segundos tiempos de este año en la era Grelak.
Sobre todo los encuentros con Central -ganó en el último minuto- con San Lorenzo -jugó a defender y el Santo lo definió en el último cuarto de hora con Quilmes con 10 por la expulsión de Sarulyte- y el de ayer con Racing. La Academia rearmó sus fuerzas, tuvo a Bou como estandarte y terminó ganando el partido, dando vuelta el resultado y floreándose... con un hombre de menos.
¿Qué le pasa a Quilmes en los segundos tiempos? ¿Puede ser que hasta cuando los vientos son favorables se termine padeciendo el partido?
Quilmes mostró dos caras bien diferentes. Un primer tiempo formidable, un segundo, decepcionante.
Alfredo Grelak sabía que esta prueba era decisiva, y cuando terminó el primer tiempo por su cabeza seguramente pasaban los mejores pensamientos. Esos mismos que se dieron vuelta al final del partido... con todo el mundo preguntándose...¿qué les pasó?
Ahora se viene una semana especial, pensando en River y tratar de tener una actuación decorosa, y sobre todo, esperando al nuevo cuerpo técnico para recuperar el terreno perdido, porque el fantasma del descenso sigue al acecho. Todavía Quilmes no entró en el grupo de los cuatro del cadalso, curioso porque perdió los últimos doce puntos en juego. Hasta ahora fueron Tigre y Arsenal los que resignaron todos los puntos de este año: Tigre tratará de recuperar algo ante San Lorenzo y Arsenal, frente al encumbrado Estudiantes de Nelson Vivas (Quilmes mira de reojo y pone la simpatía por el Pincha en este caso).
Más allá de mirar de reojo a los otros, la realidad, que es la única verdad, obliga a reflexionar, buscar nuevas fórmulas y fundamentalmente, encontrar a un técnico que dé seguridad a los jugadores, y estos, ser capaces de responder con mayor equilibrio en el juego.
Los altibajos han sido moneda corriente ... y ese será el principal problema que deberá resolver el que venga.
Sin embargo, Facundo terminó dirigiendo a Tigre -hoy, justamente, tendrá su debut frente a San Lorenzo en Victoria- y buscará revertir el presente adverso del Matador, que viene de tres derrotas seguidas, las mismas que determinaron que el anterior técnico, Pedro Troglio, dijera adiós porque no se sentía con ánimo y respuestas para revertir la situación.
Curiosamente Tigre tendrá enfrente los mismos rivales que Quilmes, hoy San Lorenzo, luego Racing y más tarde River, sí, ese mismo River que debe estar relamiéndose imaginando que el domingo 9 tendrá un trámite ante el alicaido Cervecero.
De todas maneras Quilmes necesita resolver rápidamente quién será el nuevo conductor tras la renuncia de Alfredo Grelak, y el nombre que se echó a rodar -al menos así lo publica hoy Clarín- es el de Jorge Burruchaga.
Mientras se especula con este nombre (de ser así, ¿estará dispuesto a empezar ante River.. en el Monumental o preferirá esperar que venga el recuperado Colón -ayer le ganó a Belgrano en Córdoba- al Centenario?), vale la pena tratar de digerir lo que pasó ayer en Quilmes.
El Decano ganaba 2 a 0, estaba con un hombre de más y faltaba el segundo tiempo. Y ese segundo tiempo volvió a tomar las características de todos los segundos tiempos de este año en la era Grelak.
Sobre todo los encuentros con Central -ganó en el último minuto- con San Lorenzo -jugó a defender y el Santo lo definió en el último cuarto de hora con Quilmes con 10 por la expulsión de Sarulyte- y el de ayer con Racing. La Academia rearmó sus fuerzas, tuvo a Bou como estandarte y terminó ganando el partido, dando vuelta el resultado y floreándose... con un hombre de menos.
¿Qué le pasa a Quilmes en los segundos tiempos? ¿Puede ser que hasta cuando los vientos son favorables se termine padeciendo el partido?
Quilmes mostró dos caras bien diferentes. Un primer tiempo formidable, un segundo, decepcionante.
Alfredo Grelak sabía que esta prueba era decisiva, y cuando terminó el primer tiempo por su cabeza seguramente pasaban los mejores pensamientos. Esos mismos que se dieron vuelta al final del partido... con todo el mundo preguntándose...¿qué les pasó?
Ahora se viene una semana especial, pensando en River y tratar de tener una actuación decorosa, y sobre todo, esperando al nuevo cuerpo técnico para recuperar el terreno perdido, porque el fantasma del descenso sigue al acecho. Todavía Quilmes no entró en el grupo de los cuatro del cadalso, curioso porque perdió los últimos doce puntos en juego. Hasta ahora fueron Tigre y Arsenal los que resignaron todos los puntos de este año: Tigre tratará de recuperar algo ante San Lorenzo y Arsenal, frente al encumbrado Estudiantes de Nelson Vivas (Quilmes mira de reojo y pone la simpatía por el Pincha en este caso).
Más allá de mirar de reojo a los otros, la realidad, que es la única verdad, obliga a reflexionar, buscar nuevas fórmulas y fundamentalmente, encontrar a un técnico que dé seguridad a los jugadores, y estos, ser capaces de responder con mayor equilibrio en el juego.
Los altibajos han sido moneda corriente ... y ese será el principal problema que deberá resolver el que venga.
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