CAFE IRLANDES, WALSH Y ELOY MARTINEZ

El Teatro Municipal de Quilmes, de Mitre 721, presenta el sábado a las 21 la pieza Café irlandés, de Eva Halac.
A 40 años de la desaparición de Rodolfo Walsh, se ofrece esta ficción ambientada en 1961. La autora y directora Eva Halac imagina con talento la relación entre los periodistas Rodolfo Walsh y Tomás Eloy Martínez.
Ambos periodistas, entonces jóvenes y casi desconocidos, se solidarizan para desentrañar un misterio: encontrar el paradero del cadáver de Eva Perón.
Nicolás Dominici, como el autor de Esa mujer y Operación Masacre -también ¿Quién mató a Rosendo?-, y Federico Lama, en la piel del creador de Santa Evita y La novela de Perón, dialogan y se respetan en un contexto violento.
Café irlandés se estrenó a comienzos del 2014 en el Cultural San Martín y fue celebrada por la crítica y el público.
Nominada como mejor obra argentina en los premios ACE y Teatros del Mundo.
Continuó sus temporadas en las salas de La Comedia, Margen del Mundo y El Tinglado.
También realizó funciones en el Centro Cultural Munro, Cine York de Olivos y Sala Disparate de Lanús, dentro del festival Pirologías.
Este año están programadas algunas funciones en la Biblioteca Nacional, en el marco de la Exposición Rodolfo Walsh, a 90 años de su nacimiento y 40 de su desaparición.
Integran el elenco Nicolás Dominici como Rodolfo Walsh, Federico Lama como Tomás Eloy Martínez, Guillermo Aragonés, el coronel y María Ucedo, la esposa del coronel.

LOS ANTECEDENTES

Esta obra tuvo como primeros protagonistas a los actores Guillermo Pfening como Walsh y Michel Noher como Tomás Eloy Martínez.
En esa oportunidad el coronel lo interpretaba también Guillermo Aragonés y su jumer, María Ucedo.
El coronel era Carlos Moori Koenig, del servicio de inteligencia del Ejército en 1955, usurpador del cadáver de Eva Perón por orden del presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu.
Walsh había regresado de Cuba con la revolución flamante, donde fundó la agencia Prensa Latina junto a Rogelio García Lupo, entre otros.
Moori Koenig es alcohólico, aterrado por las bombas caseras, de las que decía haber sido víctima y desoyó la orden del jefe, conservó el cuerpo y desarrolló con él un extraño comportamiento, y fue despedido del féretro por su locura creciente.
Hablaba el coronel del embalsamador, doctor Pedro Ara, como el gallego en forma despectiva.
Todos estos elementos los conjuga en forma brillante la directora y autora Eva Halac, para armar un texto intenso y apasionante en la hora y media de duración.
La pieza fue elogiada por la crítica y aplaudida por el público.

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