Sigue la exitosa gira de la compañía de Nicole Nau y Luis Pereyra, con el espectáculo VIDA! Argentino, que continúa cosechando elogios en todos los teatros en que se presentan.
Junto a Nicole y Luis una pléyade de artistas, músicos, bailarines, que le dan a la propuesta un nivel de alto vuelo.
Hoy y mañana las actuaciones serán en el teatro Panteón de Bonn, Alemania, acercándose al gran broche de oro, que ya se anuncia con bombos y platillos en París: el 3, 4 y 5 de abril en el mítico Folies Bergere de la capital francesa.
Las críticas positivas suman y suman, como esta que fue publicada en la revista Tina, con una entrevista a Nicole.
La nota dice: Nicole Nau "Con cada año gano calidad".
"El escenario está oscuro como pluma de cuervo. Un solo cenital alumbra el escenario. Nicole Nau (54) tiernamente se acerca a su pareja, Luis (55) y juntos bailan virtuosamente con el ritmo del bandoneón. El espíritu por momentos provocante, íntimo, sensual.
Ella lleva un vestido de color rojo, sangre, zapatos del mismo color. Su pelo está agarrado y peinado con un rodete alto. Hay aire de tango, atrapante, el público no se anima a respirar. Sí, en Argentina o en cualquier escenario de cualquier país de esta tierra, Nicole fascina y toca el alma. Tiene ese espíritu de artista y el público siente que ella ama lo que está haciendo.Y no solamente baila con las piernas sino con todo su ser. Los argentinos ya en los 80 se dieron cuenta del talento excepcional de esta alemana, originalmente diseñadora gráfica de profesión, quien una vez que descubrió el tango, dejó toda su vida para andar en sus huellas hacia una cultura total.
Hay pocos que tienen esa expresión, se dice de ella. Ella se animó de joven a dar un paso gigante en su vida. Deja toda su vida segura, abandona todo lo que era de ella y se va a Buenos Aires para iniciar una carrera como bailarina. A los pocos meses ya encuentra trabajo como profesional. Ella trabaja duramente y hasta el exhausto ensaya en las salas. Perfecciona cada gesto, cada paso, cada postura. Paso por paso se abren escenarios de todo el mundo frente a su arte.
Ella baila lo que nosotros sentimos, dice uno del público de Buenos Aires, y un diario escribe: De las mejores en esta línea.
En 2000 ensaya por primera vez con el bailarín estelar Luis Pereyra, quien sin duda es artista excepcional, pero además de admirarlo ella con él encuentra el amor verdadero.
-En él me gusta la intensidad con que toma la vida. Hace todo por decisión de todo su ser, su corazón, jamás es pecho frío en las cosas.
Luis en ese momento estaba divorciado, tiene un hijo ya adulto. Nicole y Luis en el 2011 se casan. Desde ese momento solamente baila con él.
Juntos viven en una casa lejos del centro en el medio de un parque (en Quilmes Oeste, en la calle Aníbal Troilo, curiosidades del destino). Allí viven en paz y silencio. Aman lo verde, sus animales, a Cucho, su perro y su vida se mantiene interesante.
Medio año viven en la Argentina, donde preparan sus espectáculos de puesta abundante. Viajan por el país con su espectáculo, y la otra parte del año están en gira, generalmente con su espectáculo.
-A mí me gusta volver a mi país, dice Nicole. Se encuentra con los amigos de siempre, hace galas y participa
en programas de TV y radio. Le gusta comer la comida alemana, tomar vino alemán, hablar en su idioma en esos meses.
Para sentirse más en paz la pareja alquiló un departamento pequeño en Wuppertal.
-En que en la edad uno necesita tener un lugar para refugiarse.
¿La edad?
No le preocupa su edad con la profesión que tiene?
-No, para nada, dice Nicole.
Obviamente hay cosas que las miro con más comprensión y otras, con menos. Lo que es muy lindo saber es diferenciar más qué es importante y qué, no.
¿Y el escenario?
Nicole se ríe.
-Con cada día mi calidad es superior. Eso es una sensación excelente para un artista.
A los 40 me preocupé por mi edad. Ahora, cuando ya llegó hace rato que no me molesta porque no la voy a necesitar. Estoy muy segura y muy madura. Esto me da contento interior.
En el espectáculo comparte escenario con otros artistas de una edad mucho menor.
¿A la edad de los 20 hay competencia?
-No, para nada, dice Nicole. Eso es absolutamente incomparable, ni la edad, ni la expresión, ni los físicos.
Pero la vida desde la valija cada vez cuesta más. Los cambios de horario, la falta de sueño, las horas de viaje.
-Hoy me canso más ágil que antes, reconoce ella, pero a la vez tengo mejor organización. No gasto energía en tonteras, eso ayuda.
De arrugas no quiere hablar, tampoco porque parece mínimamente diez años más joven.
-Son los genes, se ríe. Si alguien me llegara a ver tratar mi cara y cutis se horroriza.
No tengo ni tiempo ni interés para preocuparme. Me veo como me veo y se ve que Dios me regaló una cara y un físico joven. No tengo tiempo para atenderme con máscaras y tratamientos. No pensar en la edad, las arrugas no importan ni las vueltas del tiempo, son parte de uno. ¿A quién le importa?
Nicole ama y que aun a los 50 pasados pueda moverse con mucha dinámica.
-El tiempo me encanta.
Así como se mueve en escena, lleva su vida. Culo caliente le dice su marido, porque jamás se queda sentada
ni un minuto sin hacer nada.
La edad no la va a poder frenar.
-Mientras pueda caminar y moverme quiero bailar. Bailar es todo: entrega, pasión, desafío.
Y en voz baja dice: no hay ningún motivo de dispensar de la danza.
Junto a Nicole y Luis una pléyade de artistas, músicos, bailarines, que le dan a la propuesta un nivel de alto vuelo.
Hoy y mañana las actuaciones serán en el teatro Panteón de Bonn, Alemania, acercándose al gran broche de oro, que ya se anuncia con bombos y platillos en París: el 3, 4 y 5 de abril en el mítico Folies Bergere de la capital francesa.
Las críticas positivas suman y suman, como esta que fue publicada en la revista Tina, con una entrevista a Nicole.
La nota dice: Nicole Nau "Con cada año gano calidad".
"El escenario está oscuro como pluma de cuervo. Un solo cenital alumbra el escenario. Nicole Nau (54) tiernamente se acerca a su pareja, Luis (55) y juntos bailan virtuosamente con el ritmo del bandoneón. El espíritu por momentos provocante, íntimo, sensual.
Ella lleva un vestido de color rojo, sangre, zapatos del mismo color. Su pelo está agarrado y peinado con un rodete alto. Hay aire de tango, atrapante, el público no se anima a respirar. Sí, en Argentina o en cualquier escenario de cualquier país de esta tierra, Nicole fascina y toca el alma. Tiene ese espíritu de artista y el público siente que ella ama lo que está haciendo.Y no solamente baila con las piernas sino con todo su ser. Los argentinos ya en los 80 se dieron cuenta del talento excepcional de esta alemana, originalmente diseñadora gráfica de profesión, quien una vez que descubrió el tango, dejó toda su vida para andar en sus huellas hacia una cultura total.
Hay pocos que tienen esa expresión, se dice de ella. Ella se animó de joven a dar un paso gigante en su vida. Deja toda su vida segura, abandona todo lo que era de ella y se va a Buenos Aires para iniciar una carrera como bailarina. A los pocos meses ya encuentra trabajo como profesional. Ella trabaja duramente y hasta el exhausto ensaya en las salas. Perfecciona cada gesto, cada paso, cada postura. Paso por paso se abren escenarios de todo el mundo frente a su arte.
Ella baila lo que nosotros sentimos, dice uno del público de Buenos Aires, y un diario escribe: De las mejores en esta línea.
En 2000 ensaya por primera vez con el bailarín estelar Luis Pereyra, quien sin duda es artista excepcional, pero además de admirarlo ella con él encuentra el amor verdadero.
-En él me gusta la intensidad con que toma la vida. Hace todo por decisión de todo su ser, su corazón, jamás es pecho frío en las cosas.
Luis en ese momento estaba divorciado, tiene un hijo ya adulto. Nicole y Luis en el 2011 se casan. Desde ese momento solamente baila con él.
Juntos viven en una casa lejos del centro en el medio de un parque (en Quilmes Oeste, en la calle Aníbal Troilo, curiosidades del destino). Allí viven en paz y silencio. Aman lo verde, sus animales, a Cucho, su perro y su vida se mantiene interesante.
Medio año viven en la Argentina, donde preparan sus espectáculos de puesta abundante. Viajan por el país con su espectáculo, y la otra parte del año están en gira, generalmente con su espectáculo.
-A mí me gusta volver a mi país, dice Nicole. Se encuentra con los amigos de siempre, hace galas y participa
en programas de TV y radio. Le gusta comer la comida alemana, tomar vino alemán, hablar en su idioma en esos meses.
Para sentirse más en paz la pareja alquiló un departamento pequeño en Wuppertal.
-En que en la edad uno necesita tener un lugar para refugiarse.
¿La edad?
No le preocupa su edad con la profesión que tiene?
-No, para nada, dice Nicole.
Obviamente hay cosas que las miro con más comprensión y otras, con menos. Lo que es muy lindo saber es diferenciar más qué es importante y qué, no.
¿Y el escenario?
Nicole se ríe.
-Con cada día mi calidad es superior. Eso es una sensación excelente para un artista.
A los 40 me preocupé por mi edad. Ahora, cuando ya llegó hace rato que no me molesta porque no la voy a necesitar. Estoy muy segura y muy madura. Esto me da contento interior.
En el espectáculo comparte escenario con otros artistas de una edad mucho menor.
¿A la edad de los 20 hay competencia?
-No, para nada, dice Nicole. Eso es absolutamente incomparable, ni la edad, ni la expresión, ni los físicos.
Pero la vida desde la valija cada vez cuesta más. Los cambios de horario, la falta de sueño, las horas de viaje.
-Hoy me canso más ágil que antes, reconoce ella, pero a la vez tengo mejor organización. No gasto energía en tonteras, eso ayuda.
De arrugas no quiere hablar, tampoco porque parece mínimamente diez años más joven.
-Son los genes, se ríe. Si alguien me llegara a ver tratar mi cara y cutis se horroriza.
No tengo ni tiempo ni interés para preocuparme. Me veo como me veo y se ve que Dios me regaló una cara y un físico joven. No tengo tiempo para atenderme con máscaras y tratamientos. No pensar en la edad, las arrugas no importan ni las vueltas del tiempo, son parte de uno. ¿A quién le importa?
Nicole ama y que aun a los 50 pasados pueda moverse con mucha dinámica.
-El tiempo me encanta.
Así como se mueve en escena, lleva su vida. Culo caliente le dice su marido, porque jamás se queda sentada
ni un minuto sin hacer nada.
La edad no la va a poder frenar.
-Mientras pueda caminar y moverme quiero bailar. Bailar es todo: entrega, pasión, desafío.
Y en voz baja dice: no hay ningún motivo de dispensar de la danza.
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