Parecía una empresa imposible de acometer. Porque el Barcelona debía remontar en su estadio un 4 a 0 abajo para seguir en carrera. Enfrente estaba un Paris Saint Germain que sabía que tenía todas las de ganar, máxime porque si concretaba un gol valía doble.
Barcelona salió dispuesto a demostrar que los milagros existen. Ganó 2 a 0 el primer tiempo y al principio del segundo, con gol de Messi, se puso 3 a 0, por lo que el sueño se iba haciendo realidad.
De pronto llegó el golpe que parecía de nocaut, por el gol del PSG a los 17´.
Los minutos pasaban y se le hacía bastante problemático al Barsa llegar al arco de los franceses.
Pero el milagro se dio en los últimos minutos, como una verdadera película de suspenso.
Llegó el gol de tiro libre de Neymar, luego el mismo jugador puso el 5 a 1, de penal, y el árbitro dio cuatro minutos de descuento.
Barcelona se fue con todo, hasta el arquero salió de su valla para quemar las naves. Y en el último tiro de pelota parada, llegó el sexto gol, el de la clasificación.
El milagro era realidad.
Barcelona salió dispuesto a demostrar que los milagros existen. Ganó 2 a 0 el primer tiempo y al principio del segundo, con gol de Messi, se puso 3 a 0, por lo que el sueño se iba haciendo realidad.
De pronto llegó el golpe que parecía de nocaut, por el gol del PSG a los 17´.
Los minutos pasaban y se le hacía bastante problemático al Barsa llegar al arco de los franceses.
Pero el milagro se dio en los últimos minutos, como una verdadera película de suspenso.
Llegó el gol de tiro libre de Neymar, luego el mismo jugador puso el 5 a 1, de penal, y el árbitro dio cuatro minutos de descuento.
Barcelona se fue con todo, hasta el arquero salió de su valla para quemar las naves. Y en el último tiro de pelota parada, llegó el sexto gol, el de la clasificación.
El milagro era realidad.
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