Con sabor a nostalgia, recuerdos de adolescencia, la vida en el colegio Salesiano, y Bernal como centro de las imágenes de ese tiempo se juntaron en la mente y la literatura de Alejandro Fontenla, quien anoche presentó en el Círculo Católico de Obreros de Bernal el libro El mundo que vino después (en la portada una foto de Bernal, con lenguaje otoñsl, diseño de Jorge Utvari y fotografía de Néstor Tony Pienso).
Muchas vivencias del autor enredadas en los recuerdos de la adolescencia.
Al regresar a su casa, tras sufrir un grave accidente, un hombre hace su convalescencia recurriendo a papeles personales que hay en una mesa.
Hay mails intercambiados con Cecilia -novia de la adolescencia- que lo llevan a aquellos tiempos bernalenses.
Y en otros papeles hay historias de indios del territorio argentino, en base a libros que dejó su abuelo.
Por un lado recorre los tiempos lindos del noviazgo con Cecilia en Bernal, por el otro la defensa de los pueblos originarios, tan afines a los quilmeños enraizados en aquellos Kilmes que huyeron del conquistador español en Tucumán y que sufriendo muertes y persecuciones llegaron a fundar la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Kilmes.
Aunque aquí los apuntes retrotraen a las luchas de los caciques en las zonas bonaerenses y pampeanas, los ranqueles, los caciques, Cafulcurá, los libros de Estanislao Zeballos, Lucio V. Mansilla -y su excursión a los indios ranqueles-, Adolfo Alsina y la trascendencia de Ceferino Namuncurá.
Los relatos reproducidos de aquellos tiempos de malones, conquista del desierto, persecución a los aborígenes y demás permiten hilvanar hechos con profunda convicción histórica.
Hay una curiosidad, en los relatos se habla de un cacique Chaile... Y en la actualidad la comunidad Kilmes reconoce como jefe en Tucumán precisamente al cacique ... Chaile.
En lo que a adolescencia se refiere hay pintura de tiempos y lugares bernalenses -el autor fue presentado por el licenciado en historia Enrique Torres- y el propio autor puso el énfasis en la calle Avellaneda entre Ayacucho y San Martín, vale reiterar que hablamos de hace más de cuatro décadas.
Fontenla pone siempre el acento en la poesía como una gran motivadora de su accionar y dice en un párrafo: "En una época pensaba que ser poeta era una forma de vivir, más profunda y abarcadora aun que su consecuencia en el hecho de escribir, y esa forma de ser única, superior y diferente de toda otra cualidad humana".
Alejandro Fontenla es graduado en letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata, donde ejerció la docencia y la investigación, becado por el CONICET.
Publicó en el Centro Editor de América Latina los trabajos dedicados a Juan Carlos Dávalos, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni y la Literatura del Noroeste Argentino, entre otros.
Publicó más tarde Poemas lacónicos y blancos (La Plata, 1989) y En las sombras del país azul (La Plata, 2006), además de integrar importantes antologías y ediciones colectivas.
Desde 1978 colabora en los principales diarios del país y en revistas especializadas.
CHANY SUAREZ
La presentación del libro estuvo amenizada con la actuación de la eximia cantante Chany Suárez, quien es mencionada en el libro (junto a su hermano Julio Lacarra) por ser vecinos de esa Bernal inolvidable.
Chany, sin duda muy emocionada, hizo un homenaje a la cantora cubana, Teresita Fernández, a quien reconoció como una especie de María Elena Walsh de nosotros, los argentinos y cantó Lo feo, una hermosa canción que comienza así: "En una palangana vieja/ sembré violetas para ti/ y estando cerca del río/ en un caracol vacío/ cogí un lucero para ti...
También cantó el tango Fuimos. Fue acompañada por Tato Finocchio.
Muchos vecinos de Bernal se acercaron a la presentación, algunos nombrados en el libro como el turco Kalcich... El propio comerciante Rozas reconoció que la descripción que hace Fontenla de lugares de Bernal tiene una precisión que conmueve.
También se lo vio al ex intendente quilmeño y ex senador Federico Scarabino y al actual secretario de Cultura y Educación de la Municpalidad, Ariel Domene.
Muchas vivencias del autor enredadas en los recuerdos de la adolescencia.
Al regresar a su casa, tras sufrir un grave accidente, un hombre hace su convalescencia recurriendo a papeles personales que hay en una mesa.
Hay mails intercambiados con Cecilia -novia de la adolescencia- que lo llevan a aquellos tiempos bernalenses.
Y en otros papeles hay historias de indios del territorio argentino, en base a libros que dejó su abuelo.
Por un lado recorre los tiempos lindos del noviazgo con Cecilia en Bernal, por el otro la defensa de los pueblos originarios, tan afines a los quilmeños enraizados en aquellos Kilmes que huyeron del conquistador español en Tucumán y que sufriendo muertes y persecuciones llegaron a fundar la Reducción de la Exaltación de la Santa Cruz de los Kilmes.
Aunque aquí los apuntes retrotraen a las luchas de los caciques en las zonas bonaerenses y pampeanas, los ranqueles, los caciques, Cafulcurá, los libros de Estanislao Zeballos, Lucio V. Mansilla -y su excursión a los indios ranqueles-, Adolfo Alsina y la trascendencia de Ceferino Namuncurá.
Los relatos reproducidos de aquellos tiempos de malones, conquista del desierto, persecución a los aborígenes y demás permiten hilvanar hechos con profunda convicción histórica.
Hay una curiosidad, en los relatos se habla de un cacique Chaile... Y en la actualidad la comunidad Kilmes reconoce como jefe en Tucumán precisamente al cacique ... Chaile.
En lo que a adolescencia se refiere hay pintura de tiempos y lugares bernalenses -el autor fue presentado por el licenciado en historia Enrique Torres- y el propio autor puso el énfasis en la calle Avellaneda entre Ayacucho y San Martín, vale reiterar que hablamos de hace más de cuatro décadas.
Fontenla pone siempre el acento en la poesía como una gran motivadora de su accionar y dice en un párrafo: "En una época pensaba que ser poeta era una forma de vivir, más profunda y abarcadora aun que su consecuencia en el hecho de escribir, y esa forma de ser única, superior y diferente de toda otra cualidad humana".
Alejandro Fontenla es graduado en letras de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata, donde ejerció la docencia y la investigación, becado por el CONICET.
Publicó en el Centro Editor de América Latina los trabajos dedicados a Juan Carlos Dávalos, Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni y la Literatura del Noroeste Argentino, entre otros.
Publicó más tarde Poemas lacónicos y blancos (La Plata, 1989) y En las sombras del país azul (La Plata, 2006), además de integrar importantes antologías y ediciones colectivas.
Desde 1978 colabora en los principales diarios del país y en revistas especializadas.
CHANY SUAREZ
La presentación del libro estuvo amenizada con la actuación de la eximia cantante Chany Suárez, quien es mencionada en el libro (junto a su hermano Julio Lacarra) por ser vecinos de esa Bernal inolvidable.
Chany, sin duda muy emocionada, hizo un homenaje a la cantora cubana, Teresita Fernández, a quien reconoció como una especie de María Elena Walsh de nosotros, los argentinos y cantó Lo feo, una hermosa canción que comienza así: "En una palangana vieja/ sembré violetas para ti/ y estando cerca del río/ en un caracol vacío/ cogí un lucero para ti...
También cantó el tango Fuimos. Fue acompañada por Tato Finocchio.
Muchos vecinos de Bernal se acercaron a la presentación, algunos nombrados en el libro como el turco Kalcich... El propio comerciante Rozas reconoció que la descripción que hace Fontenla de lugares de Bernal tiene una precisión que conmueve.
También se lo vio al ex intendente quilmeño y ex senador Federico Scarabino y al actual secretario de Cultura y Educación de la Municpalidad, Ariel Domene.
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