Faltan pocas horas para el viernes, fecha prevista para la asunción del nuevo presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump.
Un mar de incertidumbre genera este paso, porque en el país supuestamente más democrático del mundo aparece un personaje que ha generado polémicas por doquier, incluso instalando en su país una enorme grieta, a tal punto que serán muchos políticos los que adelantaron que no concurrirán a la ceremonia de asunción (NdelR: cualquier parecido con la realidad argentina es mera coincidencia).
El repaso por las frases que en los últimos tiempos ha desparramado Trump generan controversia. Desde sus expresiones poco felices referidas a las mujeres, el anuncio de un gigantesco muro para separar al país de México, la solidificación del proteccionismo, las críticas a China con sus secuelas imposibles de imaginar, los negocios inmobiliarios por doquier, en Estados Unidos y en otros países, etcétera, etcétera, estructuran un combo que provoca al menos preocupación.
No hay que olvidar que el presidente argentino, Mauricio Macri, que conoce bastante al nuevo mandatario norteamericano, hizo campaña a favor de la otra candidata, Hilary Clinton, y con los resultados a la vista, tuvo que hacer un zigzagueo, tratar de mostrarse más amistoso y recordó las relaciones comerciales que la empresa del papá de Mauricio, Franco Macri, mantuvo a lo largo del tiempo precisamente con los negocios de Trump. Incluso con el hecho singular de que el propio Mauricio fue enviado por su padre para negociar con el hoy flamante presidente norteamericano.
Así las cosas el mundo está expectante ante la novedad, y no oculta su enorme preocupación por lo que pueda suceder desde el viernes.
Habrá que esperar, y más que nada estar alerta. ¿Qué tipo de relación tendrá desde ahora EE UU con la Argentina macrista...?
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