EL FUTBOL ARGENTINO, UN DESPELOTE


A medida que pasan los días y se acerca febrero crece la incertidumbre sobre el futuro del fútbol argentino.
Desde la muerte del eterno presidente de AFA, Julio Grondona, la conducción de la entidad madre del fútbol nacional se fue diluyendo, quedando a la luz las penumbras con que los dirigentes de los clubes no supieron o no pudieron encarrilar la situación.
Hoy el fútbol argentino se debate en una crisis terminal, como definió ayer el presidente de la Nación. El telón que se le puso a Fútbol para Todos agravó las cosas porque los clubes comenzaron a verse privados de fondos que llegaban del Estado y del contrato televisivo.
Hoy no se sabe qué puede pasar con la AFA, con el fútbol por televisión, con los clubes, y por más que suceden reuniones y acercamientos o propuestas, la realidad muestra oscuridad.
Por un lado se produce el encuentro del presidente de Boca, Daniel Angelici con el presidente de Barracas Central y representante del ascenso, Claudio Tapia, que llevan a rodar la especie de que podría ser precisamente Tapia candidato a conducir AFA.
Desde los clubes más poderosos de primera división se miran las cosas con precaución. Porque se alienta la creación de la Superliga, por un lado y por el otro, se minimiza el tema televisión porque a clubes como Boca o River esos ingresos son un porcentaje muy pequeño en relación a otros.
Diferente es el caso de la mayoría de los clubes, cuyos presupuestos dependen esencialmente de los ingresos televisivos, que vienen siendo retaceados desde hace meses.
Los clubes quieren cobrar los fondos que les adeuda el Estado, por la televisión, y el Estado, o mejor dicho el gobierno, reitera que se acabó la gallina de los huevos de oro. En un país con un 32 por ciento de pobreza, parece un despropósito que el fútbol sea sustentado por el Estado o el gobierno.
En este clima resulta difícil suponer que el fútbol de primera podrá volver el segundo fin de semana de febrero. Como dato vale señalar que la primera B Nacional ya adelantó que el torneo no comenzará el último fin de semana de enero, como se preveía. Los clubes de primera se van a reunir el lunes para ver qué hacen ante el anuncio de la B Nacional.
Como se ve, hoy por hoy el fútbol argentino es un despelote, agravado por las indecisiones de la Comisión Normalizadora. Se habla de nuevo estatuto de AFA, de elecciones, etcétera, y por ahora el fútbol navega en un mar de palabras, con exabruptos incluidos -como los que expresó ayer el hombre de Velez, Raúl Gamez, descalificando al presidente de la Nación con gruesos epítetos- y no se sabe si habrá un salvavidas para que el protagonista no se ahogue en un mar de lágrimas.

BANFIELD, QUILMES, BICHOS

En el programa de la tarde deportiva de TyC Sports el periodista Gustavo Grabia habló de varios casos de deudas con AFA, y citó los ejemplos de Bánfield, Independiente, Argentinos Juniors y Quilmes.
El caso Bánfield -su actual presidente, Eduardo Spinosa, fue tesorero de AFA- remite a una deuda de 74 millones de pesos, y según se supo se le pagó al plantel el sueldo de agosto, algunos de los que menos cobran percibieron setiembre.
En el caso Argentinos Juniors se mencionó que las deudas crecieron con Luis Segura como titular de AFA -hombre de la entidad de La Paternal- y en el ejemplo Quilmes, Grabia recordó que en agosto de 2009, cuando llegó Fútbol para Todos, se creó una financiera que redescontaba los cheques que AFA le daba al Cervecero, con una tasa muy alta (40 por ciento contra el 23 del mercado). Y agregó que eran tiempos de José Luis y Andrés Meiszner y de Aníbal Fernández.
Ejemplos para demostrar por qué el fútbol argentino en general y los clubes en particular conforman este combo explosivo.

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