En un acto realizado en la sede del obispado de Quilmes, Carlos Pellegrini 3280, se inauguró la Casa de la Justicia y Paz padre obispo Jorge Novak, que prestará servicios en la parroquia Nuestra Señora de las Lágrimas, en calle 829 Nro. 1870, San Francisco Solano.
Asistió el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, quien expresó que "sabemos la realidad social que vive el distrito, una realidad muy dura, dolorosa, que no dejados de lado porque el Estado es una gran herramienta de transformación".
Agregó el jefe comunal que "este impulso que tomamos como gobernantes, con la justicia que nos apoya y con la iglesia, realmente es el mensaje que queremos dar a la sociedad: la única manera de transformación es participando todos".
Estuvo el defensor ante la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, Mario Luis Coriolano y el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera.
Mauricio Devoto, secretario de Planificación Estratégica del Ministerio de Justicia, aseguró que "esta iniciativa es muy buena para la sociedad, ya que nosotros podemos así recuperar la justicia con valores y somos nosotros los que podemos decidir, escuchar o no escuchar, hacer las cosas de manera correcta o no. Vamos a trabajar en la justicia cotidiana con la gente en una justicia preventiva".
El doctor Coriolano argumentó que "la idea de la construcción de este espacio es nuclear problemas de violencia de género y niñez como principales. Es la primera Casa de la Justicia que va a tener sede en una iglesia, ya que las anteriores siempre estuvieron en municipios y Martiniano junto a Nación nos apoyó desde el primer momento".
El obispo Tissera remarcó que "la gente podrá ir con tranquilidad a un ámbito donde van a ser respetada. Allí se le brindará el asesoramiento adecuado".
La Casa de la Justicia contará con un equipo de trabajo multidisciplinario para encarar distintas problemáticas, entre ellos, psicólogos, asistentes sociales, mediadores y abogados. Funcionará de lunes a viernes de 8.30 a 16.
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