VUELVE PICNIC... UN RIO CON HISTORIA, A CASA DE ARTE DOÑA ROSA


Ya se ha convertido en una obra emblemática quilmeña. Se trata de Picnic, un río con historia, la pieza de Gustavo Castignola que lleva varias temporadas en Casa de Arte Doña Rosa, Colón 279, y que vuelve el próximo sábado a las 21 y el domingo a las 20, reiterándose durante noviembre.
Es un sainete musical en cuatro actos y epílogo, que ya tiene diez años de su estreno y que ha llevado multitudes al tradicional escenario.
Gustavo Castignola escribió la obra junto a Adrián Mulet. Las canciones y melodías de la pieza teatral fueron creadas por Gustavo Castignola.
En la presentación el autor ha escrito: "Yo te bendigo, río indomable, dulce remanso de mi ciudad... ¿Y por qué a nuestro río, no? ¿Me pregunto qué le habrán faltado a estas costas para merecer tanta indiferencia, tanto olvido?
Sabemos que sin ser cristalinas, las aguas del Ganges como las del Danubio y aun las del Nilo han merecido todo tipo de veneración a través de los siglos, además de ocupar lugares privilegiados en enciclopedias y documentales de televisión.
El río de la Plata, para nosotros los quilmeños, fue desde siempre el río de Quilmes, punto de partida de una gran ciudad que no para de crecer: hagamos entonces justicia y rescatemos su antigua gloria.
Picnic ..l pretende humildemente recrear aquellos momentos que por décadas hicieron tan feliz a nuestro pueblo. Recordar algunos de los instantes de nuestra historia que, si bien carecen de héroes o epopeyas, significaron la sana y merecida alegría de los nadie, de los cualquiera. Hoy aquellos borrosos recuerdos nos parecen a la distancia un hermoso sainete. Nuestro propio y querido sainete.
!Que despierten los poetas y le canten a mi río...!
Después de todo, a partir de estas oscuras aguas... despertó el reloj de nuestra historia".
Señalando expresiones de Fito Paez -"quien dijo que todo está perdido... Yo vengo a ofrecer mi corazón"- Castignola presenta esta pieza que se ha convertido en la obra teatral quilmeña por antonomasia, que parte de la rambla quilmeña, primera rambla argentina -anterior precisamente a la de Mar del Plata- y llega a nuestros días con todo lo que ha visto pasar ese río indomable.
Castignola es un soñador, él se califica como fabricante de sueños y en este recitado explica por qué es un fabricante de sueños.
"Yo fabrico sueños, los hago a medida/ acérquese y vea qué curiosidad/ en este escenario y bajo estas luces/ despiertan las musas de nuestra ciudad.
Vea, yo no miento, entre que empezamos/ hoy cantan los mudos y los ciegos ven/ soy de los que creen que las vacas vuelan/ y que doña María puede ser vedette.
Usted tal vez piense que me he vuelto loco/ eso es lo que dice siempre mi mujer/ a veces se asusta mientras yo me creo/ un dìa el Quijote y otro día Gardel.
Ya sé, no me cuente, le duele la vida.../ El amor esquivo, el destino cruel/ al final de cuentas y después de todo/ a mí me pegaron tanto como a usted.
Vamos no se rinda, la vida es sainete/ ya está el decorado listo para el show/ venga con lo puesto y nuestra vestuarista/ dejará su facha como un Napoleón.
Esta vieja casa llena de colores/ la habitan ilusos, locos como yo/ venga a Doña Rosa y tire la chancleta/ yo fabrico sueños en cada función".
Y sí nomás, Gustavo Castignola desde Casa de Arte Doña Rosa ha convertido al lugar en un gran centro cultural.
Lo explica de esta manera haciendo historia: a mediados del 2001, en medio de una crisis generalizada en el paìs, se le ocurrió la alocada idea de construir un teatrito en Quilmes.
Amigo de muchos artistas y dueño de una antigua casona en el corazón histórico de la ciudad, junto con la invalorable colaboración de familia y amigos, levantaron una sala que ya lleva quince años albergando de alguna manera a músicos, actores, escenógrafos, vestuaristas y demás gente del colorido teatro local.
Precisamente Picnic... un rìo con historia fue la primera obra que presentó, junto a Adrián Mulet, pieza que se ha ido reiterando en distintas temporadas y que ahora vuelve con el esplendor de siempre, manteniendo la gran base y agregándole pinceladas de aggiornamiento.
Vale agregar que no solo en noviembre está Picnic... ya que el viernes próximo y el domingo se ofrece también Amadeo nuestro, de Eduardo Protto, en una de las salas, en la otra, Misión bella molinera, la creación de Hugo Ponce sobre la guerra del Paraguay y la música de Schubert, bajo la dirección de Alejandro Casagrande.
Asimismo el sábado se da Critpo, de Hugo Molina. 
Con dos salas de teatro, una galería de arte, talleres y mucho arte, Casa de Arte Doña Rosa se ha convertido en uno de los emblemas de la cultura quilmeña.

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