MARIA DEL ALMA MIA, LA PASION DE SILVINA SASTRE

El actor frente al público supera todas las circunstancias. Hace uso de la magia de mostrar un talento y despierta los aplausos por la entrega.
Vale la presentación para explicar la pasión con que Silvina Sastre presentó anoche en el teatro del ArteFacto, Sarandí 760, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el unipersonal María del Alma Mía.
Un homenaje a su querida abuela María, que llegó a la Argentina a los 17 años en plena guerra civil española.
Como cuenta Silvina esa querida abuela guardaba en misteriosas latas las cartas que recibía de sus familiares que se quedaron en la madre patria -sus padres, sus hermanos- y cuando la abuela dejó este mundo, la inquieta Silvina abrió el cofre de ese tesoro y fue descubriendo un mundo literario maravilloso, que le permitió armar un unipersonal, donde mezcló ternura y genialidad creativa.
Así fue mutando entre los distintos personajes que integraban las cartas que cruzaban el Atlántico y servían para saber cómo estaban allá y cómo estaba ella, la abuela, aquí en la América.
Así se cuenta el relato de la hermana de María, del hermano Pepin, que murió muy joven y del otro, Gustavo, que fue al frente con los militantes del franquismo y también, de esos padres que se quedaron sin su querida hija, porque decidió marcharse a buscar su porvenir en esta América, Argentina en particular, que recibía a los inmigrantes con los brazos abiertos.
María hizo su vida en nuestro país, se instaló en Ezpeleta, donde la pequeña Silvina supo de la existencia de esas cartas que trazaban los lazos de una familia que seguía en España, soñando con que algún día María volvería.
Una historia que puede ligarse con la de muchísimos argentinos, cuyos abuelos llegaron al país para forjar su destino en esta América. Muchos huyendo del horror de la guerra, sabiendo de los rojos, de los franquistas, del generalísimo y tantas cosas más, pero prefiriendo las posibilidades que le ofrecía este continente abierto y generoso.
 Los cipreses creen en Dios, Un millón de muertos y Ha estallado la paz, son esta trilogía de obras literarias, de José María Gironella, que graficaron con toda su intensidad el dolor de los muertos de una guerra que atravesó la península ibérica, y que finalmente gestó las cuatro décadas de un franquismo que marcó intensamente a España.
Vale recordar el ciclo televisivo Cuentame... con Imanol Arias y elenco que supo desarrollar históricamente las peripecias de una familia que debió sufrir los rigores del franquismo a través de los años (digamos que el próximo 20 de noviembre se cumplirán 41 años de la muerte del generalísimo).
María del Alma Mía rescata entonces, con todo el talento de Silvina Sastre, el merecido y tierno homenaje a su abuela hispano-argentina y los lazos familiares que quedaron instalados en España, con las saudades y la añoranza por la hija que residente en América, y con los sueños eternos de esperar un pronto retorno.
Las cartas eran el gran lazo que los unía. La esperanza por la llegada del correo, la respuesta con toda su emoción y esas cajas o latas oxidadas que Silvina rescató para armar este hermoso espectáculo.
A todos los que tenemos ancestros españoles, con vivencias similares o parecidas, no hace más que mover y conmover esta María del Alma Mía.
Sin duda, una propuesta que vale la pena volver a repetir en Quilmes para agradecer al artista por la entrega y por saber superar con profesionalismo cualquier circunstancia. Por aquello de que el público merece lo mejor en cualquier momento.
Desde que se abrió la función, la magia fue echada a rodar, para aplaudir y agradecer sobremanera.

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