Quilmes logró esta tarde una resonante victoria ante el último campeón, Lanús, por 1 a 0, con gol de Gastón Bottino a los 9´ del primer tiempo.
El Cervecero quebró una racha adversa ante los granates que llevaba nada menos que 13 años (no le ganaba a Lanús desde el 2003).
El partido tuvo como nota de color la presencia de hinchas visitantes, que llenaron la parte baja de la tribuna visitante.
La presencia de hinchas de ambas instituciones le dio un color y un calor especial a la tarde quilmeña en el Centenario, solo empañada por el petardo arrojado muy cerquita del arquero Monetti, de Lanús, quien cayó ante el impacto. Felizmente se recuperó pero dejó una amarga sensación, porque bien pudo haberse suspendido el encuentro si el 1 visitante no se recuperaba o aducía no estar en condiciones de seguir. Increíble porque la APREVIDE -Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte-que conduce el doctor Juan Manuel Lugones ha venido advirtiendo sobre la seguridad y quedó flotando la pregunta del millón: ¿cómo entraron los petardos que arrojaron hinchas de Quilmes...?
EL FUTBOL
En lo que al fútbol se refiere, el partido generaba una incógnita profunda: ¿podría Quilmes contener la propuesta del último campeón, uno de los mejores planteles del fútbol argentino?
Como se preveía Lanús salió a jugar su fútbol, con salida clara, constantes pases, rotación del balón, etcétera, buscando encontrar fallas en la defensa rival para aplicar sus estocadas.
Pero sobre los 9´, apareció el pizarrón que le dio sus frutos al equipo dirigido por Alfredo Grelak. Tiro libre ejecutado por Gabriel Ramírez -un volante de Lanús, a préstamo en el Cervecero-, el centro fue cabeceado por Andrada y de arremetida Gastón Bottino, también de cabeza, venció la valla defendida por Monetti.
En ese momento estalló la tribuna Cervecera, festejando la apertura.
Lanús pareció tocado. Siguió jugando con la pelota a ras del piso, a puro pases, abriendo la cancha y buscando los desbordes del Laucha Acosta o el desequilibrio del goleador Sand, que estaba bien controlado por Sarulyte.
Promediando el primer tiempo se produjo la nota ingrata de la tarde, con el petardo que cayó muy cerca de Monetti y tiró al suelo. Un momento de incredulidad e incertidumbre (¿Cómo entraron los petardos?¿Se suspenderá el partido?), que finalmente se resolvió con la continuidad y con el llamado desde la Voz del Estadio, pidiendo, insólitamente a los hinchas que "bajen la intensidad...(?)".
Reanudado el juego Lanús intentó el empate, pero careció de ideas al final. Llegó muy pocas veces, y encontró en una gran oportunidad la enorme reacción del arquero Rigamonti.
En la segunda etapa no varió demasiado la situación. Porque el Granate mantuvo la iniciativa, quiso pero no pudo perforar la valla quilmeña -otra vez se alzó la figura de Rigamonti para evitar una segura caída- y Quilmes se animó de a poco a la contra, contando con oportunidades desperdiciadas por Nicolás Benegas -la figura del local- y por el ingresado Negri.
Con mucho nerviosismo, y ya con Lanús jugando con 10 por la expulsión de Marcone, por juego brusco, se llegó al final con una victoria que el hincha quilmeño festejó intensamente, valorando el esfuerzo del equipo y la jerarquía del rival, que si bien no brilló como en otras oportunidades, siempre preocupa por los jugadores con que cuenta.
Quilmes llegó a los 9 puntos en la tabla, y ahora deberá jugar con Belgrano en Córdoba el próximo sábado a la tarde. Un triunfo que sirve para soñar y que alimenta la ilusión de permanencia, aunque haya mucho camino para recorrer.
LOS EQUIPOS
QUILMES: Rigamonti; Pérez Acuña, Colotto, Sarulyte, Orihuela; Bottino, Escobar, Gabriel Ramírez, Da Campo; N. Benegas y Andrada. DT Alfredo Grelak.
LANUS: Monetti; Gómez, Herrera, Braghieri, Velazquez; Martínez, Marcone, Almirón; Moreno, Sand y Acosta. DT Almirón.
Juez: Facundo Tello. Estadio Centenario.
Gol: PT, 9´ Bottino (Q).
Incidencias: en el segundo tiempo expulsado Marcone (L).
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